Julia y Carlos se conocieron un día por casualidad en la Universidad. Un día se cruzaron y a partir de ese momento empezaron a cruzarse todos los días por el Campus. Y claro, imposible no fijarse el uno en el otro. Un día él se armó de valor, se acercó a ella y decidió a hablar con Julia, y desde ese momento se volvieron inseparables.
La pedida de mano sucedió en París, en una de las ciudades más románticas del mundo, y fue tal y como ella siempre había soñado, en lo más alto de la Torre Eiffel. Se escaparon a la ciudad de las luces un fin de semana de marzo de 2015, él estuvo todo el día grabando vídeos de los dos en el que iba explicando todo lo que hacían, a dónde iban, qué estaban haciendo…, y una vez arriba de la Torre Eiffel empezó a grabar otro vídeo, cosa que no le extrañó a Julia porque llevaba todo el día filmando con la cámara. Pero de repente, ¡Carlos sacó el anillo y le hizo la gran proposición! Fue un momento maravilloso, mágico, íntimo, romántico e inolvidable.
Los novios
Julia, para su ‘día B’, se decantó por una diseñadora muy especial, Laure de Sagazan, quien le confeccionó un sencillo y precioso vestido elaborado con seda de ángel, corte a la cadera y espalda descubierta de encaje calais. El vestido tenía una caída maravillosa y lució un poco de cola. Una pieza artesanal que acompañó con un sencillo velo de seda rústica que caía desde una bonita y colorida corona de flores naturales en la que predominaban los tonos granates.
En cuanto a joyería lució su anillo de pedida, pulsera Riviere de la Joyería Rabat, pendientes de brillantes y alianza de la diseñadora Sandra Roura. Las sandalias eran de Alma en Pena y escogió un modelo plano que destacó por la pedrería en tonos dorados. Un calzado sencillo pero elegante y sofisticado para lucir en un día tan especial.
El ramo de novia lo preparaon en Flors Bahí en Figueres, su ciudad natal, y la novia se decantó por un ramo de flores silvestres que iba a juego con los tonos del tocado. Un ramo precioso y super colorido que contrastó a las mil maravillas con el estilo romántico del vestido.
Para el maquillaje y peinado no quiso arriesgarse y se puso en manos de su peluquera de toda la vida, Carmen de la Peluquería Pels Pèls de Figueres. Juntas optaron por un maquillaje muy sencillo con labios granates y el pelo lo lució suelto con una onda muy natural y con una media corona de flores naturales a juego con los tonos del ramo.
Carlos, el novio, se enfundó en un elegante traje azul marino de la firma Etiem al que acompañó con camisa blanca, chaleco gris marengo, corbata azul marino con lunares blancos, pañuelo de color blanco de tres puntas y gemelos, todo de la firma Hackett. De complementos no pudieron faltar su reloj Breitling Navitimer y unos zapatos negros clásicos de Bow-tie.
Ceremonia y banquete
El gran día de Julia y Carlos se celebró a las puertas de la temporada estival, el 11 de junio de 2016, y tanto la ceremonia civil como el banquete tuvieron lugar en el Castillo de Caramany, un precioso castillo medieval del S.XV ubicado en Corçà, Girona.
La novia acudió a su cita montada en una furgoneta Volkswagen hippie de color rojo y margaritas blancas que contrató en Me caso en clásico. Y en la boda contaron con una invitada muy especial, su mascota Brownie, un caniche mediano que lució un collar de flores a conjunto con el ramo y tocado de la novia. Llegó acompañada de Julia y de su padre y fue ella la que les acercó los anillos. Al final de la ceremonia, Carlos le dedicó unas preciosas y emotivas palabras y acabó sorprendiéndola con la actuación del artista Raúl Rojas, al que habían ido a ver en una de sus primeras citas. ¡Fue un momento muy especial!
Un día entrañable, con una ceremonia que nadie olvidará. Rodeados de familia y amigos dispuestos a pasarlo en grande, queriéndonos a cada momento y rebosando felicidad.
La decoración floral fue a base de girasoles, flores silvestres y plantas aromáticas. El banquete se celebró al aire libre e instalaron mesas largas cubiertas por manteles de color blanco roto con una decoración a base de plantas aromáticas, margaritas, etc.
A todos sus invitados les obsequiaron con un mini cactus con una etiqueta que llevaba el nombre de la persona con una frase personalizada. Todo estaba hecho a mano. Para los jóvenes hubo tazas personalizadas muy divertidas y para los más pequeños de la celebración hicieron botecitos con gominolas.
Baile de los novios
Para abrir el baile, Julia y Carlos, eligieron la canción The time of my life de la famosa película de Dirty Dancing, una de sus películas favoritas. Otra canción que también jugó un papel muy importante en la pista de baile fue Magic de Coldplay, una pieza que ahora cada vez que la escuchan les transporta a ese mágico día, como ocurre con las preciosas fotografías que hicieron el extraordinario equipo de Mirlo Azul. Imágenes naturales que transmiten emociones y que irradian una luz preciosa. ¡Un excelente reportaje con el que los novios siguen llorando de felicidad!
Julia y Carlos, ¡muchas felicidades por vuestro compromiso y enhorabuena por ese tercer aniversario que habéis celebrado este verano! Esperamos que tengáis una vida repleta de amor y felicidad.
Lugar de celebración: Castillo de Caramany | Vestido de novia: Laure de Sagazan | Traje de novio: Etiem y Hackett | Complementos de novia: Sandra Roura – Joyería Rabat – Flors Bahí – Alma en Pena | Floristería: Flors Bahí | Fotógrafo y Videógrafo: Mirlo Azul | Maquillaje y peinado: Peluquería Pels Pèls | Invitaciones: Project Party Studio | Dj: Dj Miguelito Superstar | Transporte: Me caso en clásico
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