Tienes ya toda la celebración de tu boda pensada y bajo control: el menú, la barra libre, la decoración del banquete, etc. Pero no has reparado en un detalle: ¿cómo vas a despedirte de tus invitados al día siguiente? Puede ser un momento distendido y mucho más relajado que el día de la boda, en el que los nervios y las tensiones se apoderan de todos, para reuniros por última vez ese maravilloso fin de semana. ¡Te damos algunas ideas para un delicioso e increíble brunch!
Después del banquete y de la fiesta del sábado, los estómagos están delicados, por lo que lo mejor es ofrecer un menú compuesto por productos frescos y de fácil digestión. Lo ideal sería encontrar un equilibrio entre platos ligeros, simples y bajos en calorías para, de esa manera, compensar los excesos del día anterior.
Para ello, los servicios de catering ofrecen numerosas opciones. Por una parte, muchos novios eligen un bufet clásico, compuesto por dulce y salado, con platos sencillos y agradables. Otra idea consiste en servir un brunch de tres platos entre los que incluir ensaladas, algo de pasta, empanadillas o carne, y complementarlo con un bufet de postres con pasteles y tartas. En cualquier caso, el brunch es una celebración mucho más informal que el clásico menú de boda, por lo que todas las ideas y gustos que tengáis seguro que encuentran su propio espacio.
Para los más golosos
Para hacer felices a los adictos al azúcar y a la mantequilla, dispón un bufet en el que haya donuts, croissants, tortitas, pasteles, churros, crepes, mermelada, bollitos de nutella… Así te ganarás su corazón y seguro que recordarán el fin de semana de tu boda para el resto de su vida.
La fruta también puede formar parte de este festín del azúcar, pero olvídate de las dietas de adelgazamiento y de la preocupación por la salud, y apuesta por una apetitosa fondue de chocolate. ¡Adiós dieta, hola felicidad!
Todas estas delicias se pueden adornar con una decoración que forme parte del contexto de la boda, para hacerlas más apetecibles a la vista y que se integren en el evento, a través de cupcakes o cookies con forma de novios, o empleando fondant para simular encaje. También sería ideal una ambientación de estilo Sonrisas y Lágrimas, mediante prados verdes, columpios y papelería kraft, para así formar el marco romántico que buscas para tu boda.
Espacio para lo salado
Si no sois muy golosos y preferís un brunch más tradicional, en la mesa no puede faltar un desayuno típico inglés, compuesto de huevos, bacon, patatas y otras delicias procedentes de tierras británicas, para reponer fuerzas tras lo vivido a lo largo del fin de semana.
Otra sugerencia consiste en preparar un menú con platos originales de los brunch, volviendo a sus orígenes. Para ello, es útil inspirarse en otras gastronomías, por ejemplo, en la de Estados Unidos, elaborando un delicioso pastel salado a base de capas, muy fácil de cocinar pero que seguro será la atracción de todos los invitados.
Sin embargo, no es necesario que el brunch se componga únicamente de platos tradicionales. Es posible darle un twist e incorporar alimentos sorprendentes como el risotto. Presentado en vasos pequeños, se puede preparar para muchas personas y es, sin duda, un plato sencillo pero muy sabroso.
Por otra parte, aunque sea una opción algo atípica para una boda, la “street food” está muy de moda, y se pueden tomar ideas como emplear pequeños sandwiches gourmet con pollo, queso, salmón, etc., o ensaladas preparadas de manera individual. Además de ser platos muy fáciles de comer, seguro que hacen las delicias de todos los comensales.
Si os decidís por un bufet, seguro que disfrutaréis con huevos revueltos con pequeños trozos de pollo marinado a la sartén, acompañados de un surtido de panecillos para mojar en todas las salsas y de fruta fresca, para dar un toque fresco y ligero a este menú. Y no os olvidéis de los más pequeños, que estarán felices y tranquilos con sandwiches de jamón y queso, galletas y helado.
Por último, existe la posibilidad más informal de hacer una barbacoa al aire libre, un modo de despedir el fin de semana de la boda sencillo y sin pretensiones en el que los invitados se sentirán muy a gusto. Acompañada de ensaladas y a modo de picnic, es la forma perfecta de decir adiós a todos antes de que partan después de la increíble fiesta.
¿Y para beber?
Y, por supuesto, no puede faltar bebida para hidratarse y calmar la sed después de una comida tan deliciosa. Para ello, preparad limonada casera y zumos recién exprimidos, sin olvidar el café, muy necesario para recuperar la energía tras la fiesta del día anterior.
¿Y como toque final? Aunque los invitados no coman, nada puede impedir que se lleven con ellos algo de esa comida, por lo que podéis preparar pequeños tarros con mermelada etiquetados con vuestros nombres y la fecha de la boda. ¡Un DIY que siempre recordarán!
¡Si eres muy goloso/a seguramente hayas disfrutado con estas ideas para el brunch del domingo!
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