Tras una pedida de mano en Roma, en el marco incomparable del castillo de San Angelo, no cabía duda de que la boda de Marta y Alfonso iba a ser especial. Y no decepcionaron. Desde el estilismo de la novia hasta el cuidado de cada uno de los detalles de su enlace, la boda de esta pareja, retratada por Gabriel Navas, desbordaba romanticismo por todos sus poros e hizo vibrar de emoción en más de un momento a sus amigos y familiares.
Para un día tan especial, Marta eligió un modelo de Rosa Clará: un cuerpo de encaje con una falda de tul. Se trataba de un vestido sencillo y discreto que, no obstante, llamaba la atención por su elegancia y que daba un toque de romanticismo a su look.
Para las joyas, Marta apostó por la sobriedad y lució su anillo de pedida, un solitario de oro blanco obra del joyero Alberto Salas, que se encargó también del diseño y elaboración de sus alianzas. En sus zapatos, Marta quiso romper con el blanco y apostó por un precioso par de peeptoes en color rosa de Jimmy Choo. Una apuesta segura que, además hizo combinar con otro de los complementos más importantes para una novia: las minirosas que componían su ramo.
Tanto en la peluquería como en el maquillaje, Marta quiso conservar su estilo y buscar la naturalidad. Mar Martínez, de Félixymar, fue la encargada de dar forma a su peinado, un moño bajo con mechones sueltos y cierto toque casual en la parte frontal. También realzó su rostro y sobre todo su mirada, con un maquillaje muy natural.
Alfonso, por su parte, se alejó de la tradición del chaqué para su gran día y apostó por un traje de media levita gris oscuro con una corbata rayada a juego.
Uno de los momentos más emocionantes fue la llegada de Marta junto a su padre al Hotel Fuerte El Rompido Golf, donde se celebraron la ceremonia y el convite. El paseo hacia el altar, fue un instante de nervios y emoción que Alfonso contempló con emoción contenida y que quedó capturado para siempre por la cámara de Gabriel Navas.
La decoración floral de la ceremonia y de la fiesta posterior corrió a cargo de Mirka Eventos que utilizaron botellas de cristal rellenas de lavanda y de pequeñas flores blancas que colgaban de los árboles dando un toque de lo más romántico al pasillo nupcial.
Durante la boda, no faltaron las lágrimas de emoción, ni los gestos y miradas de los novios. Una vez acabado el sí quiero, sus invitados los esperaban con arroz, pétalos y pompas de jabón para darles su recibimiento como recién casados.
Los jardines del Hotel Fuerte El Rompido golf fueron el lugar escogido por los novios para hacerse sus primeras fotos como marido y mujer, mientras los invitados disfrutaban del cóctel y de la decoración creada por Mirka Eventos que incluía también indicadores de madera que indicaban los distintos ambientes de la celebración.
La cena tuvo lugar al aire libre, al lado de una de las piscinas del hotel. Todo estaba decorado en blanco y azul y las flores daban al enlace un toque rústico y desenfadado, pero también romántico, ya que los mismos detalles colgantes de la ceremonia, estaban también en el banquete. Precisamente durante la cena, se produjo otro de los momentos más emocionantes del día, cuando tras el brindis de los novios, sus invitados se pusieron en pie para aclamarles y brindar por ellos.
Y como no podía ser de otro modo, el baile de los novios fue otro de los instantes más especiales y dejó instantáneas llenas de gestos y miradas cómplices. Tras él, comenzó la fiesta que, con una orquesta en directo, sirvió para celebrar la boda hasta altas horas de la madrugada. ¡Enhorabuena a los recién casados!
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