La historia de amor de la semana: Leire y Carlos

Quién les iba a decir que una horquilla actuaría como Cupido y uniría sus vidas para siempre. No te pierdas la historia de estos dos jóvenes salmantinos, ¡te enganchará desde el minuto uno!

por Loreto Gordo

23/11/2017

Real weddings
Verano
Romántico
Salamanca

Con una horquilla, así empezó todo entre Leire y Carlos hace ya siete años. Ambos coincidieron el fin de semana de la final del mundial de España en Peñaranda de Bracamonte, un pueblo de Salamanca, y fue allí donde a él, los más fanáticos del fútbol, le rompieron la camiseta de tanta emoción y énfasis. Carlos le pidió a uno de sus hermanos que le cambiara la camiseta y fue entonces cuando su hada madrina, Leire, intervino y se ofreció a arreglársela quitándose una horquilla del pelo. Un gesto que hizo que Carlos quedase prendado de esa chica para siempre.

Años más tarde asistieron juntos a la boda de unos amigos en Lanzarote y en cuanto terminó la ceremonia, Carlos aprovechó la ocasión para llevársela al altar y hacerle la pregunta más importante de su vida: “¿Tú quieres casarte conmigo?” “Sí claro, algún día”, dijo ella; a lo que Carlos respondió: “No, no, que si te quieres casar conmigo”, mientras le tendía la mano con un anillo. Fue entonces cuando la emoción se apoderó de Leire y dijo “sí, quiero” con un gran sonrisa. Todo fue perfecto, el cielo naranja del atardecer, el mar como escenario y testigo y la mejor compañía de la mano de una promesa de amor eterna.

La boda de Leire y Carlos se celebró este verano, el pasado 29 de julio de 2017, donde empezó todo, en Peñaranda de Bracamonte, Salamanca, dándose el “sí, quiero” en la iglesia de San Miguel y festejándolo luego por todo lo alto en el Restaurante Las Cabañas.

Leire, para el día de su boda, se enfundó en un vestido de estilo sirena con cuello barco y espalda descubierta con bordes de pedrería hasta los hombros de la firma nupcial La Sposa. Un elegante vestido que lució con su anillo de pedida, una pulsera de oro blanco que le regaló su suegra, unos pendientes que le regaló su madre y unos salones blancos de punta redonda y plataforma para aguantar cómodamente hasta el final.

Para el ramo de novia se inspiró en el bouquet de la celebritie española, Eva González, un romántico ramo en el que predominaron las rosas blancas. Para el maquillaje y peinado confió en profesionales de su tierra, eligiendo a Marga Alfayate para el maquillaje y a Cristina Hernández para el peinado. Mientras que el novio, Carlos, fue vestido por Protocolo y con gemelos de plata de joyería.

De toda la decoración floral se encargó Viveros familiar, quienes instalaron los centros de la iglesia, decoraron los bancos y ambientaron con mucho gusto y estilo las mesas del banquete.

El catering lo sirvió el propio Restaurante Las Cabañas y todos sus invitados se fueron con regalos de ese día: para ellas hubo jabón artesanal, bálsamo y unas pulseras rosas con el símbolo del cáncer de mama para colaborar con esta causa. Y ellos se llevaron cerveza artesana y abridor personalizado. Los más pequeños también tuvieron regalo y fueron unas mochilas de “Más bonita que ninguna”. A las madres de los novios les regalaron una réplica del ramo con el que se casaron ellas, a los padres una foto de cuando eran pequeños con ellos, a las abuelas unos ramos de flores y el ramo de novia lo dividió y le dio la mitad a cada una de sus hermanas.

La empresa de fotografía contratada por Leire y Carlos para inmortalizar cada momento del gran día fue el equipo de Blanco Infinito, quienes realizaron también el vídeo de la boda. Sus protagonistas destacan de ellos su profesionalidad y gusto exquisito en los detalles.

Para el baile nupcial escogieron el tema musical I don’t want to miss a thing de Aerosmith y fue uno de los momentos más emotivos de la noche.

Un día lleno de amor, el de los novios y el de todos los que les acompañaron ese día, que hicieron que fuera unos de los días más felices de su vida. Leire y Carlos fueron realmente felices viviéndolo y lo serán siempre recordándolo. ¡Enhorabuena a los dos!