David Vicente creció como fotógrafo de la mano de su padre, y así aprendió la fotografía como se aprende a andar, sin darse cuenta. No tuvo que tomar la decisión de un día ser fotógrafo, ya que, sin darse cuenta ya lo era.
Su trabajo ha ido adaptándose y evolucionando con las nuevas tecnologías que le permite mantener viva su inquietud, las ganas de aprender y mejorar, y expresar su forma de ver, a través de la fotografía.
Su trabajo se centra en la fotografía social, industrial, retrato, y sobre todo en el reportaje de boda, buscando siempre esa foto llena de sentimiento y emoción.
Lo recomendaría una y cien veces, no puede ser mejor profesional y persona, con él los reportajes son fantásticos a la par de preciosos.
Muy muy muy recomendable.