La Masía de la Calzada en Carcaixent, en la Ribera Alta valenciana, encontrareis un espacio diferente y original donde celebrar vuestro enlace nupcial.
En un enclave único y con amplios espacios donde celebrar la boda de vuestros sueños y con la temática que mas os guste. En sus jardines acogeréis tanto la boda civil, como el cóctel, donde los invitados tendrán un momento para tomar el aire libre y charlar mientras esperan vuestra llegada para comenzar con el banquete con base mediterránea y un toque de originalidad en cada plato.
Dispone de salones interiores y amplios exteriores, tanto para bodas íntimas como multitudinarias, y zona infantil para que los pequeños de la familia jueguen sin peligro dentro de las instalaciones. Y para que los invitados no se tengan que preocupar del coche, una amplia zona de aparcamiento.
Los profesionales de La Masía de la Calzada organizarán y prepararan la boda siguiendo vuestras indicaciones y haciendo que vuestro día sea especial y diferente, con una atención exquisita a los detalles y los invitados. Será un bonito recuerdo de la boda.
Probablemente el peor menú de boda ever. Dicen que es cocina de autor, pero es más bien cocina del horror. Y ya no es la falta de maña que el personal de cocina pueda tener, es que ni se esmeran en ofrecer algo decente. En un bar cutre cualquiera te ofrecen mayor calidad y servicio por 8 euros.A lo que iba: de entrante, ensalada de lechuga sin más, como la que una se hace en casa; gran complejidad.Pero la guinda se la llevó el primer plato, que sospecho que eran las sobras del cóctel (más que nada porque era lo mismo!): seitán sin marinar, sin salsa, sin sabor. Puro chicle-suela de zapatos. El “chef” no tiene ni idea de cocinarlo ni servirlo, y mucho menos ganas de prepararlo. Se trata de una carne vegetal cuyo sabor se obtiene al aliñarlo, con lo que literalmente, no tenía sabor; era como comer harina.Luego, de postre, un trozo de magdalena, de esas que te dejan la boca seca al primer bocado.Señores de la Masía de la Calzada: ser vegano es algo que se hace por justicia y ética, no porque queramos renunciar a disfrutar de la comida como los demás. Si quieren hacerse llamar “profesionales”, ustedes deberían ser los primeros en saberlo.