Transformado en un hotel, este monasterio mallorquín del siglo XVII ubicado en plena Serra de Tramuntana resulta no solo una experiencia serena y vivificadora para cualquier visitante, sino que se ha instaurado como uno de los mejores emplazamientos para la celebración de bodas. Un entorno paradisiaco y una organización enfocada en la calma y el bienestar harán las delicias la fiesta. El refinamiento de esta masía es condición y garante para un resultado satisfactorio y una experiencia única. Nada queda en manos del azar.
Asimismo, se añaden otros servicios, como un Spa acompañado de otras instalaciones entre las que destacan una piscina cubierta, un jacuzzi doble, una sauna, un baño turco y una zona de relax y un largo etcétera.
Además de un restaurante que ha conservado la esencia de algunas de las instalaciones del antiguo monasterio, como un molino de aceite que preside la zona de comidas. Una gran elección para quienes desean tranquilidad y calidez.