En el centro del vergel de La Vera y el Tiétar, entre gargantas de agua, piscinas naturales, bosques de castaños y robledales, y paisajes naturales que reafirman la riqueza del entorno histórico y monumental, ve pasar los siglos el Parador de Jarandilla de la Vera, castillo-palacio en el que se hospedó durante meses el Emperador Carlos V.
Del exterior del hotel te encantarán los torreones, el patio de armas y su excelente piscina, con olivos y naranjos. En su interior se respira un ambiente de tranquilidad e intimidad idóneo para una estancia muy especial. Y en el restaurante, las migas extremeñas, patatas revolconas, sopa de tomate, cuchifrito de cochinillo, caldereta de cabrito o los repápalos con leche y canela, seducirán tu paladar.