SiempreVerde es el lugar perfecto para la celebración de vuestra boda, un entorno familiar y romántico, rodeado de naturaleza y rincones con encanto que sorprende a todo el que la visita y a tan sólo diez minutos del centro de Murcia.
Lugar mágico
Ubicada en un paisaje natural en plena naturaleza, cuenta con un gran jardín con varias zonas verdes diferenciadas para que podáis elegir dónde realizar cada parte de la boda y personalizarla a vuestro gusto.
Los orígenes de la finca se remontan al siglo XIX, y aunque las estancias principales han sido reformadas, todavía conserva elementos antiguos irrepetibles que imprimen carácter y exclusividad a los distintos ambientes, como es el caso del precioso granero que aún conserva una pared de ladrillo desgastado y algunos pesebres que agregan valor al espacio brindando esa calidez tan característica.
En general, la finca respira un aire rústico y elegante que seduce a todos los que la visitan, pero si algo destaca por encima es la casa principal. Reformada en el año 1991, obtuvo un importante premio de arquitectura, y hoy es todo un icono para muchos arquitectos que se decantan por celebrar su boda en SiempreVerde por este motivo. Aunque no se puede acceder a su interior le da al jardín una estética preciosa.
Si por la época del año preferís un lugar cerrado, cuentan con una preciosa carpa beduina con mucha magia.
Tendencia Slowedding
En SiempreVerde celebran pocos eventos al año, garantizando así la máxima dedicación y la originalidad de vuestra boda con un trato familiar y personal muy cercano. Siguen la tendencia slowedding de manera que os permiten acercaros a la finca varios días antes para realizar los preparativos y disfrutar de ellos sin prisas.
Vosotros mismos podréis elegir cada detalle, logrando una boda hecha a vuestra medida, y si necesitáis asesoramiento o ayuda con la decoración, el equipo de SiempreVerde os brindará toda su experiencia gracias a las mil opciones que ofrecen sus colaboradores.
La finca SiempreVerde es un sitio precioso a 5 minutos de Murcia. Todos los invitados se quedaron encantados con el lugar. Realizamos el cóctel en la parte de los pinos, ya que en agosto el calor de Murcia es agobiante y allí se estaba de lujo. La cena la realizamos en la parte de los adoquines, que es un sitio mágico. Hubo un problema con la música por un problema de comunicación, fue el único punto negativo.