En el corazón del olivar andaluz se sitúa el Cortijo El Madroño, una edificación del siglo XIX que ha sido rehabilitada para toda clase de actos sociales, en un entorno privilegiado, rodeados de la campiña de Martos, entre olivares.

El Jardín es el lugar más refinado de la casa, una mezcla de patio arábigo andaluz con recuerdos del carmen granadino y del jardín romántico, donde la vegetación exuberante, se une al fragor y al rumor de las fuentes; en especial la preciosa fuente central. Completan la sensualidad y belleza del lugar la presencia de pavos reales que pasean orgullosos desplegando su bello plumaje. Y, como fondo, la fachada principal.

Las caballerizas, restauradas con gran maestría, y rehabilitadas para las celebraciones, son largas estancias cubiertas por bóvedas de piedra que a su vez abren a otras habitaciones más pequeñas e íntimas, adornadas con fuentes y otros elementos de gran elegancia, al tiempo que originalidad.

El Pajar es actualmente una amplia sala, de gran altura, cubierta por una estupenda estructura de madera de par e hilera. En el hastial que propicia la cubierta a dos aguas se abren los ojos de buey que iluminan el interior, al igual que otras ventanas abiertas en ambas plantas y el balcón central, huecos todos protegidos por rejería. Desde ellos, de nuevo, se completan bellas vistas del olivar. Además, el Cortijo dispone de tres patios.