Muy mala experiencia con ellos, los contratamos para una boda para septiembre de 2020, y cada vez estábamos más decepcionados. Los contratamos en un open day, la finca estaba muy bonita, todas las condiciones eran maravillosas, se adaptaban a lo que quisieras, te daban muchas facilidades, flexibilidad.. pero en poco comenzaron los problemas, tardaban en contestar dudas, teníamos que insistir llegando a esperar incluso meses una respuesta, nos dejaron plantados en 2 ocasiones que habíamos quedado y avisándonos en el último momento, uno de ellos hasta llegamos a ir y el muchacho no se presentó porque se había olvidado. Siempre que íbamos la finca nunca estaba arreglada, tenía aspecto de dejadez. Se notaba que no estaban muy puestos en decorar este tipo de eventos, ya que les pedimos en varias ocasiones si podían enseñarnos decoraciones, fotos de otras bodas.. y lo único que nos enseñaron fueron unas cajas con pizarras y restos de otras bodas pero poca cosa para decorar una finca tan grande. El muchacho que nos estaba llevando la boda se fue y esperábamos que fuera todo mejor pero nada más lejos de la realidad, perdieron nuestro contrato y tuvimos que enviárselo nosotros, no estaban al día de las condiciones que teníamos contratadas, habladas y firmadas con el muchacho anterior. Firmamos el contrato de nuevo con una nueva fecha para 2022 ya que fue pospuesta por el Covid, y después de 10 meses de la firma nos dejan tirados sin finca, enviándonos un email (porque según ellos no encuentran nuestros teléfonos, estando los 2 en el contrato) porque según ellos, ya habían reservado la finca a otra pareja para el mismo día y no se habían dado cuenta, insisto, después de 10 meses. Los proveedores a los que preguntamos opiniones sobre la finca no nos hablaron bien, y desde luego no les faltaba razón. Es bonita si, pero hasta ahí. Si esperas profesionalidad para tu evento, no es tu sitio.

Con está finca empezó lo que debía haber sido el día más importante de nuestras vidas, pero que se ha convertido en nuestra peor pesadilla.Nos remontamos al 14 de febrero de 2020 cuando visitamos la finca, ya que habíamos decidido casarnos. Nos recibió su antiguo wedding planner, Max, que nos enseñó y nos vendió la finca de forma de que nuestra boda sería maravillosa y accediendo a nuestras peticiones. Días después de nuestra visita, le pedimos los menús para poder decidirnos y reservar la finca para nuestro gran día. Ya empezaron las demoras, pero se excusaron es problemas con la web y el correo y les creímos. Concretamos precios y decidimos hacer la reserva de 1650€ y firmamos un contrato. Ya teníamos fecha para nuestro gran día, el 3 de julio de 2021. Con toda nuestra ilusión, nos pusimos en marcha con todos los preparativos y cuando llegó julio de 2020, aquí empieza nuestra pesadilla, intentamos ponernos en contacto con ellos de nuevo, ya que faltaba un año y queríamos empezar con una organización un poco más profunda, puesto que faltaban cosas por concretar con ellos. No conseguíamos contactar con ellos, ya que nuestro wedding planner no contestaba a los mensajes, hasta que en septiembre de 2020 hacen una publicación por su perfil de Instagram, donde preguntan quién se casa en 2021 que tiene un regalo. Ahí si nos contestan, pero lo hace Mar (la dueña). Ella nos explica que Max se ha ido y que es ella ahora la que lleva las bodas. Empezamos a hablar sobre nuestra boda y cosas que teníamos concretadas no eran como nos habían explicado. Incluso había que cambiar a boda de mañana, porque por la noche, supuestamente, no pueden poner música alta. Además te cobran un DJ que es solo hasta las 00h, después tienes un altavoz con un pendrive. Por lo siguiente que preguntamos es por la decoración que incluye el precio para saber si queríamos solo eso o pondríamos más cosas y poder ver con ellos como hacerlo. Sus respuestas que las flores serían las que hubiera por la finca en ese momento. Le pedimos que nos enseñara ejemplos de otras bodas y poder coger ideas, nos dice que no puede enseñarnos nada que ella tiene tantas cosas (no sé, existen los dossiers) que nosotros busquemos y ya después veríamos. Pero que las cosas extras no se hacían cargo ellos ( cuando inicialmente nos habían dicho que si), que si quería las ponía yo o contratabamos a alguien. Ahora vamos con el menú, le preguntamos qué lleva exactamente, sobretodo por el puesto de pescaíto frito y nos dicen que ellos pone lo que haya en el mercado ese día, también nos dicen que en el menú no se prueba todo, solo la mitad de los entrantes y algo de cada puesto (nuestra boda era tipo buffet). Toda la predisposición antes de contratar se estaba esfumando y nuestra desilusión aumentando por momentos, ya que se hacía muy difícil el trato con ellos y poder contactar para concretar. No llegábamos a un entendimiento, por lo que, acogiéndonos a una cláusula del contrato, decidimos cancelar la boda. En esta cláusula, decía que si la cancelación era antes de 180 días del evento nos devolvían el dinero de la reserva. No había ningún otro requisito, pero ellos decían que no era justificable nuestra cancelación y que el dinero no nos lo devolvían. Hablamos con el otro dueño, parecía más razonable y concretamos que nos devolverían el dinero poco a poco, ya que debido a la pandemia tenían problemas económicos. Hemos sido muy pacientes, todo empezó el octubre de 2020. Todavía no nos han devuelto la totalidad del dinero y ya no contestan a nuestros mensajes. No sabemos si en algún momento recuperaremos los 950€  que quedan, lo dudamos, pero queremos que si otras parejas quieren casarse ahí, tengan cuidado y no les pase como a nosotros.

Finca Al Limón es un lugar privilegiado quedamos encantados y todos los invitados nos dijeron maravillas del sitio y la fiesta. Se nota que el sitio no es simplemente un lugar para celebraciones, sino que es el sueño proyectado de sus dueños y toda la gente que va pasando por allí. Por eso puedes sentir el alma de la finca conforme llegas, su diseño, su naturaleza, su decoración, su paz y sobre todo las personas que la llevan, hacen que te sientas como en casa desde el primer momento y esto cuando estás planeando un día tan especial se agradece mucho.Como ventajas destacables del sitio, sus jardines y estancias son un lujo, el entorno es precioso natural y muy tranquilo, pero a la vez está muy cerca del pueblo por lo que esto también es un aliciente para los invitados que se quedan a dormir en la casa. La comida estuvo deliciosa y además nos dejaron llevar algunas cosas sin ponernos problemas. La fiesta fue inolvidable, hay dos barras, una en la piscina y otra en la zona de baile, por lo que nadie tuvo que esperar o desplazarse demasiado para hidratarse. Sobre todo la barra de la piscina dio mucho juego ya que la gente podía estar bañándose en la piscina durante la fiesta. Otra gran ventaja es la de poder alojarse allí mismo, en nuestro caso que venía gente de muy lejos era perfecto, todos se alojaban allí y además de no tener que conducir después, tuvimos un tiempo maravilloso antes y después de la boda con nuestros invitados y además las familias y amigos pudieron conocerse mejor.La flexibilidad del sitio es muy de agradecer organizamos la boda que queríamos y ellos nos ayudaron a que todo fuera adelante sin ponernos las restricciones típicas de otros sitios.La finca tiene multitud de espacios distintos y ambientes, billar, ping pong, petanca, campo de futbol, jacuzzi, piscina, sauna, cabañas distintas, zona de camping, en fin el sitio perfecto para organizar un fiestón familiar repleto de momentos inolvidables.