A escasos 30 minutos de Palma de Mallorca se ubica la Finca Tagamanet un lugar de ensueño en cuyo interior se encuentra una sala de celebraciones que tiene una capacidad máxima de unos 200 comensales, a la que se accede a través de un precioso patio de piedra, idóneo para servir los aperitivos.
En su momento, la estancia fue un templo dedicado a la oración durante la dominación árabe, de la que datan los dos impresionantes arcos de Besó de ametla, recientemente restaurados. Uno de ellos se conserva intacto.
Cuenta también con la sala de fiestas, situada en el piso inferior al comedor central, la cual conserva un precioso techo abovedado donde se hallan inscripciones del año 1775. En este lugar se instala la discoteca para el fin de fiesta de cualquier boda.
El dueño de la finca es un maleducado que se presenta en mitad de la celebración y corta la música cuando le apetece, incumpliendo el contrato firmado. Un desastre