En la cornisa del Guadiamar se encuentra una de las joyas arquitectónicas de la zona se Sevilla, el Monasterio Monte Carmelo, un espacio exclusivo y con encanto propio donde desde el 2008 tienen lugar muchas de las celebraciones más importantes de la capital andaluza.
Este espacio es una edificación de estilo mudéjar que cuenta con una monumental iglesia en la que pueden celebrar ceremonias religiosas. Asimismo, su muralla, la torre alminar, su plaza fortificada, fuentes y hermosos jardines, son huella del paso de la cultura árabe que ha teñido con su encanto muchas de las localidades de la zona.
Para vuestra boda, el Monasterio Monte Carmelo os ofrece diferentes espacios en interior y al aire libre:
- Salón principal: 500 invitados
- Jardín junto a la piscina: 600 invitados
- Jardín junto al merendero: 400 invitados
- Plazoleta: 300 invitados
El equipo de profesionales del Monasterio de Monte Carmelo se encargará de asesoraros y ayudaros con la elección de los mejores proveedores de la zona en cuando a decoración, música, flores, transporte, y demás detalles. En cuanto al servicio de catering, trabajan en exclusiva con el Catering Monte Carmelo y otras dos empresas asociadas, tres proveedores de máxima confianza para estos profesionales y que os garantizan un servicio impecable.
Hasta el día de la boda un trato por parte de Paco exquisito, el día de la boda las cosas no se hicieron como habíamos hablado. La chica encargada de tiempos protocolo no llego hasta que nos estábamos haciendo las fotos y a partir de ese momento lo único que hizo fue meter prisa. Los invitamos no nos esperaron para tirarnos el arroz al final de la celebración como habíamos acordado, por los camareros los enviaban al cóctel. Tenía una habitación alquilada donde no podía ir a coger cosas o a cambiarme porque era prioridad que los invitados entraran a la cena o que se abriera el baile. Nos iban habilitar una zona para niños pero mis sobrinos se durmieron en la zona chil out al lado de invitados bebiendo copas y fumando. A las cinco y media decidimos no renovar la barra libre y nos cortaron la música sin esperar si quiera veinte minutos que nos tomáramos esa última copa, aunque el contrato pone que podíamos estar hasta las nueve. Un sitio espectacular pero no compensa gastarte casi 40.000 euros en un convite y vivir tu boda como si se fuera a escapar el último tren, ¿porqué? ¿por sacar una hora más de barra libre? no lo entiendo.