Hola Lupe. Me alegra que hayas decidido ejercer tu derecho a compartir cómo fue tu experiencia conmigo y entiendo la obligación moral que sientes de advertir a quien pueda interesar sobre los peligros de contratarme. Gracias a Dios tu boda es a día de hoy la única mala experiencia que he tenido en los años que llevo ejerciendo esta labor, lo cual manifiesta un balance muy positivo de mi trabajo. Estos casi 8 meses de reflexión indican que no eres impulsiva y lo has meditado mucho , al mismo tiempo que has dado la oportunidad a mucha gente de comprobar cómo es trabajar conmigo y poder formarse su propia opinión al respecto sin verse influidos por tu experiencia personal.


Entiendo que si el resultado de tu boda no fue exactamente el que esperabas expreses tu malestar. Yo asumo mi responsabilidad en lo que directamente me corresponde pero rotundamente no acepto que se me utilice como cabeza de turco para pagar por los errores y formas de proceder de otros proveedores y participantes en la boda que comprometieron el resultado de mi trabajo. Respecto a los hechos que enumeras, voy a ejercer mi derecho de réplica y a exponer mi versión:


- Reuniones. Tuvisteis mi total disponibilidad presencial y on line para más de dos reuniones, gestiones, consultas, resolución de dudas, traslado de material y ayuda, etc tanto antes como después de la boda.


- Decoración que no se puso. Recuerdo que tu principal motivación al buscar una wedding planner era poner tu decoración y tus cosas con gusto. Cuando hay demasiado y tan variado, para conseguir un efecto armónico llega un momento en que hay que valorar qué se pone o no y en qué cantidad. A esto hay que sumarle las limitaciones del espacio. Cometí un error al no saber captar que tu concepto de buen gusto era utilizar única y exclusivamente lo que tú preparaste porque por muchas fotos que me enviases como inspiración, siendo sincera y realista, el concepto de boda que reflejaban no se podía conseguir solo con tu material. Por ello puse a disposición de tu boda elementos decorativos de mi propiedad que me parecieron adecuados , incluidas las flores, todo ello sin coste adicional para vosotros con el objetivo de ofrecer un resultado estético acorde a lo que tú querías. Desafortunadamente, parece que mis aportaciones no fueron de tu agrado.


- Se establece mi hora de llegada a la finca a las 16h. De ser así no podría haber hecho ni la mitad. Es cierto que no pude estar desde por la mañana y algunos de los preparativos demoraron mi llegada al igual que cuestiones organizativas de la finca, pero en ningún caso fue a esa hora.


- Problemas con el bus y la limusina. Dos servicios de cuya contratación y gestión os encargasteis vosotros. Bus: el conductor decidió hacer un cambio a última hora. Limusina: se descartaron mis alternativas y acabasteis contratando el modelo que queríais a pesar de la alta probabilidad de problemas de maniobra en la finca por su gran tamaño. Se pasó por alto mi recomendación de que el vehículo hiciese una prueba previa a la boda para asegurar el servicio, con antelación suficiente para gestionar otro vehículo en caso necesario. Vuestra decisión fue seguir adelante confiando en la palabra de quien os aseguró que no habría ningún problema, sin llegar a realizarse dicha prueba. Y cuando llegó el problema, la culpable fui yo.


- Dama recepcionando invitados por no estar yo en mi puesto de trabajo. Fue un gran error por mi parte aceptar órdenes de alguien que no fueseis vosotros dos, cuando esta chica entró en pánico al ver que la finca había hecho un cambio respecto a la mesa presidencial. Consideró este hecho de tal importancia que tuve que ir a informaros, cuando lo que debí hacer era enviarla a ella pero delegaste tanto en tu dama que me fue imposible. Mea culpa.


- Yo también podría seguir con unas cuantas cosas más, entre las cuales he de destacar los límites que me encontré por parte de la finca para llevar a cabo mi trabajo de la forma prevista, sobre todo el de coordinación en todo el evento. Siempre con corrección por su parte pero todo muy claro, lo cual acabé comunicándote durante el banquete y te encogiste de hombros. Espero que entiendas que sin vuestro apoyo ante esta situación mi labor se estaba viendo muy limitada.


- Aunque no quedó mal del todo tuviste un servicio de aficionados. Esta afición mía a los detalles puesta al servicio de los eventos me lleva a fijarme en cosas que a veces pasan desapercibidas para los demás evitando a veces situaciones embarazosas en un momento inoportuno. Por poner un simple ejemplo, recuerdo una regadera sin agujero que tuve que sustituir para poder cumplir su cometido y una pala de jardinería para no ensuciaros las manos que hubiera empañado el resultado de vuestra preciosa ceremonia de no haberlo solucionado a última hora. Un hecho que no supiste valorar, entre otras cosas, pues no lo consideras profesional.


Como verás, el resultado de una boda surge de una combinación de muchos proveedores trabajando juntos con y para vosotros y de una serie de decisiones que os toca tomar durante todo el proceso. Por ello me parece muy injusto saber que si algo falla todas las responsabilidades se le carguen por defecto a la wedding planner sin querer saber nada más.


Llegados a este punto, por mi parte doy por zanjado este tema pues considero que a ambas se nos había quedado una espinita clavada y aunque en su día ya lo hablamos en algún momento tenía que salir. Me tranquiliza que ambas hayamos podido ejercer nuestro derecho a expresarnos con libertad y hayamos decidido hacerlo con mutuo respeto y por un canal adecuado. Lupe, creo de corazón que ambas necesitamos pasar página. Me quedo con el placer de haberos conocido. Un cordial saludo.