Finca Quimera es una antigua finca situada a 1 kilómetro de la ciudad de Chinchón. Sus más de 50 hectáreas de vegetación de monte bajo, quejigos, encinas y robles, situados en la zona de los lavaderos de Valdezarza de singular importancia, hacen que sea un espacio rodeado de naturaleza e historia. Situada en los “antiguos lavaderos de piedra natural”, lugar de interés cultural, histórico y paisajístico de mediados del siglo XVIII que fue construido por la “sociedad de cosecheros”. Un grupo que ostentaba el título de proveedor de la Casa Real concedido por la Reina María Cristina.
Se trata de una finca particular y se puede alquilar con servicio de catering exclusivo para empresas y particulares, disfrutando de la naturaleza del entorno privilegiado que posee. El salón de cristales, os permite disfrutar de unas espléndidas vistas del bosque de carrascas y los mejores atardeceres de la comarca del valle del Tajuña y la campiña de Chinchón. Los cielos estrellados en las noches de verano, son otra maravilla del lugar.
En Finca quimera podeis realizar diferentes actividades de forma exclusiva y única, alquiler en exclusiva, actividades de formación y coaching, Turismo Activo, Conducir coches clásicos, visita a bodegas viñedos y cuevas, catas de vinos y aceites, etc. Todo para eventos coorporativos y de empresa.
Disponemos de los mejores catering de Madrid para celebrar el evento y/ó boda de la mejor manera, exclusiva y personalizada.
Es un entorno natural inigualable que hará de tu evento algo totalmente diferente.
Villa preciosa, atardeceres increíbles y servicio perfecto. Fui como invitada a una boda en noviembre y Quimera estaba preciosa (el bosque con muchos colores de otoño) y todos los detalles cuidados al máximo, lo celebramos en un salón de cristales con unas vistas de toda la finca muy bonitas y unos atardeceres alucinantes.
Un día inolvidabel, su ubicación, sus bosques de robledales, su catering, el personal organizador, en general todo de 10.
No fuimos muchos pero resultó igual de bien, el trato exclusivo y personalizado y atentos en todo momento.
El día que visité la finca sabía que me casaría alli. La atención recibida por el responsable el día de la visita especatcular!!!, y que decir de las vistas y puestas de sol, sólo nos faltaba el mar. Muchas gracias a María por la preocupación de que saliera todo perfecto y pendiente de cada detalle. Nos casamos en Noviembre y los colores ocres de los robles increíbles, estabamos en un bosque mágico, no he hay nada igual por la zona, el catering muy gueno y camareros super atentos.
Os lo recomiendo, nuestra boda fue pequeña pero nos atendieron genial.