El nombre de esta empresa, Piel de Gallina, quiere reflejar una de las mejores sensaciones que provoca el sentido del tacto y una sensación que, sin duda, experimentaréis el día de vuestra boda.
Irene, Charly y Merce son los tres componentes, "locos" según se definen ellos mismos, que un día dejaron todo y decidieron unirse para crear este estudio de fotografía bajo un mismo concepto y pasión por la fotografía alternativa
Se describen como aventureros, cinéfilos y muy viajeros, pero por encima de todo, "apasionados por la moda y el estilo indie en todos sus conceptos".
Sus imágenes tienen una gran base de fotografía documental, ajustada a los valores de las últimas tendencias en reportajes audiovisuales. Su filosofía es hacer de la fotografía digital, una fotografía de film que narre historias y sea diferente según cada pareja.
Les gusta contar lo que sucede "sin crear nada. Dejamos que vayan sucediendo las cosas y contarlo tal y como pasó".
Hemos tenido a este equipazo detrás de nuestra boda y a cargo de nuestras fotos. Les descubrí por Instagram y desde el primero momento supe que les quería en mi barco. No quería un album de fotos convencional, no me interesaban las fotos típicas de grupo en la que se posa mientras se mira a la cámara...me interesaba algo artístico. Y eso es lo que hacen Charly, Merce e Irene. No hacen fotos, te cuentan una historia a través de su objetivo.
Añadir que el trato personal es magnífico. Personas enamoradas de su trabajo, de la imágen y del cine. Es un equipo empastado con el que es MUY fácil trabajar y por eso tengo claro que volveré a contar con ellos en un futuro.
Víctor