El Latigazo es un restaurante de Madrid que cuenta con un gran espacio compuesto por tres zonas de salones totalmente reformados e ideales para cualquier tipo de eventos: sala White, salón de la Pinacoteca y salón Principal, además de una amplia y destacada terraza.
Descubra esta atractiva alternativa para celebrar tu evento. Uno de los mejores restaurantes de Madrid, sus platos han sido confeccionados especialmente para ocasiones especiales, siempre con materia prima de la mejor calidad y que busca sorprender al cliente con propuestas originales, sabores y diseños exclusivos; todo ello acompañado por una carta de vinos, dónde podrá disfrutar de referencias destacadas a nivel nacional e internacional.
Hemos celebrado la Comunión de mi hijo
y solo tengo palabras de alabo hacia ellos, la comida espectacular, la atención excelente, el sitio es especialmente precioso y los bińos disfrutaron de su día como nunca !
muchas gracias Natalia y Noelia sois estupendas y quedo todo como esperábamos genial!!
Simplemente un servicio desastroso, comida cruda, un DJ que no reprodujo ni una sola de las canciones de nuestra lista de reproducción, aseos sucios...Y mil detalles que hicieron de mi evento una catástrofe
Patricia Perallón. Encerrados en el salón el día de nuestra boda.
Planifiqué hasta el último detalle, incluso, tras la degustación del menú acudí a cenar al restaurante para modificar los platos que no me habían terminado de convencer. Insistí en dos condicionantes indispensables; que la comida cumpliese con lo elegido y que, al no tener exclusividad por no ser muchos comensales (70 ) e informarme de que había otra boda por la tarde, nos reservaran una zona exterior para ofrecer a mi familia un espacio en el que pudiésemos terminar un día tan especial sin tener la sensación de que teníamos que irnos .
Llegaron a convencerme de que realmente eran profesionales , que su prioridad era la calidad del menú e incluso llegaron a enseñarme la zona donde nos ubicarían para el broche final de nuestra boda.
Pues bien, el salmorejo que había ideado como entrante en un día de calor estaba templado, el solomillo poco hecho para que mis invitados decidieran el punto que querían darle, pasado y la merluza , de la que me ocupé especialmente para que estuviese bien cocinada, seca. Por encima de todo quería oír a mis padres decir que habían comido bien, ni que guapa está la novia ni que bonito todo, y me bastó su mirada. Pero no todo acabó aquí, la verdad, es que no nos echaron no, sino que nos ENCERRARON EN EL SALÓN para que no pudiésemos salir al jardín. Y cuando digo encerrar es literal, después de meter como ovejas a los invitados que estaban fuera, la puerta de salida al jardín quedó cerrada con llave, no sin antes llevarse las sillas sin desmontarnos las mesas y desaparecer. El salón quedó como si hubiese caído una bomba y el mensaje era claro "tenéis que iros porque se ha acabado vuestro tiempo". Un fin de fiesta que realmente quedará para el recuerdo.
Podría haber pasado por alto el resto de despropósitos, que los invitados no supieran cuál era el menú porque no se dispusieran las minutas en las mesas; que pasara tanto tiempo desde el segundo plato al postre que muchos creyeron que el postre era el sorbete que ofrecíamos para cambiar el sabor, que el vino no fuese el elegido, que la barra libre se iniciara sin las marcas premiun contratadas que, aún avisando del estado de los baños, no consiguiera que los limpiaran...
Nunca escatimamos en los importes extras que nos añadieron e incluso pagamos al contado el importe íntegro. Pensamos que con el presupuesto destinado y la planificación tendríamos la celebración que deseábamos ofrecer a nuestra familia pero quedó mediocre.
Sólo les salva que el cóctel cumplió con nuestras expectativas, fue abundante, bien servido y de calidad.
La familiaridad de nuestros invitados ha hecho que la celebración resultara entrañable pero después de casi dos meses sin respuesta a un escrito correcto que les mandé con mis quejas esperando únicamente una disculpa me he visto obligada a escribir mi primera reseña.