Pongámonos en situación. Llega el día en que tus mejores amigos (o ese primo que no te cae bien del pueblo) te entregan la invitación de su boda. Entre la posible ilusión y la queja, dependiendo de quién sea el emisor de la misiva, te organizas: comprar el vestido (si es de temporada, mejor), disponer los complementos pertinentes y pensar en el peinado. Hasta ahí, todo correcto.
Pero, a veces, hay obsesiones que no deberían preocuparnos tanto. La talla, los arreglos, el moreno… Sí, todo esto es importante para lucir perfecta ese día, pero hay factores desconocidos que podrían convertir el bonito día en una pesadilla. Por ejemplo, aquello de “ir a la moda”, a veces, se puede volver en tu contra.
Si algunas vez has pensado en lo vergonzoso que sería llevar el mismo vestido que otra invitada, es evidente que todavía no lo has visto todo. En esta boda australiana, no compartieron vestidos dos mujeres, ni siquiera tres: ¡fueron seis! ¿Cómo reaccionar ante esto? Imagínate en un escenario así y piensa qué harías para salir airoso.
En esta ocasión, la comitiva de mujeres repetidas hizo pensar que todas ellas formaban parte de la corte de damas de honor. Pero, como ya sabemos, no fue así. Por ello, ante la vergüenza que puede generar un conflicto de estas características, las mujeres arreglaron el desaguisado con la mejor arma del mundo: ¡el humor! El chiste y la risa son dos de los apoyos más válidos para hacer frente a cualquier problema. También sirven para acallar el desprecio y la burla. Si alguien se ríe de ti con mala baba, reírse de uno mismo siempre es la mejor bofetada. Ante el humor es muy difícil reaccionar, incluso cuando la vida quiere hacerte una jugarreta, como a estas seis mujeres.
Las mujeres compartieron toda la información sobre el ya mítico vestido. Se trataba de un Debbie Lace Pencil Dresses de la marca australiana Forever Now, valorado en 159,99 dólares. Con dicha pieza, las seis se rieron de la situación y posaron junto a la novia. La fotografía la compartió una de las implicadas, Debbie Speranza, y ya ha conseguido miles de reacciones a través de Facebook. La mujer también ha promocionado la noticia del desliz nupcial compartiendo todas los artículos que han aparecido en los medios. ¡Ella sí que se lo ha tomado con humor!
Además de apoyar el valor cómico del problema, Debbie habló de una posible solución para evitar estas situaciones embarazosas, quizá con algo de humor: “Deberían inventar un registro nupcial para que las invitadas de una boda puedan preguntar si alguien más se ha comprado el mismo vestido para el evento”.
You really should start a bridal registry so that your customers can enquire whether anyone else has purchased one of…
Posted by Debbie Speranza on Sonntag, 17. September 2017
Puede parecer una broma, pero quizá Debbie tenga razón. Quizá el mundo nupcial merezca un avance que permita eliminar los nervios y un posible conflicto. Aunque un remedio así quitaría gracia al evento, que a veces se sustenta en la sorpresa y la duda sobre los atuendos, lo cierto es que se ahorrarían varios disgustos. Si no, y teniendo en cuenta la globalización y las copias que se generan en el mercado, otra solución sería la apertura de tiendas originales y únicas, o la adquisición de vestidos en lugares alejados de la civilización para evitar repeticiones. ¿Qué podemos hacer?
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