10 lugares en los que hacer el amor y darle "vidilla" al matrimonio

Recupera la chispa apostando por algunos escenarios que rompen las reglas y en los que disfrutarás de una forma diferente y satisfactoria.

10 lugares en los que hacer el amor y darle "vidilla" al matrimonio
Créditos: gpointstudio
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La rutina dentro del matrimonio es normal. El sexo, de hecho, quizá sea el campo en el que más se da esta circunstancia. ¿Hay alguna solución? En primer lugar, la rutina se combate saliendo de ella tanto física como emocionalmente. Por este motivo, desde Zankyou te ofrecemos una guía de lugares originales en los que hacer el amor para que el sexo recupere su frescura. Sigue leyendo, toma nota y ¡pásalo bien!

La playa

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Muy típico, pero también muy útil. Al caer la noche, este espacio es mucho más íntimo y misterioso, casi místico. La conexión con la naturaleza es abrumadora y supone una fusión con la autenticidad de la Madre Tierra. La fusión con la pareja y la relación con el medio ambiente constituyen dos formas puras de conectar con nuestro lado más salvaje. Aprovechando el idilio costero, meteos en el mar y haced el amor dentro, en plena convivencia con el agua. En este medio surgieron las primeras formas de vida y vosotros tenéis la oportunidad de homenajear dicho acontecimiento celebrando la vuestra. ¿Buscas mantener la llama del amor? Aquí, 45 cosas que las parejas perfectas hacen para conseguirlo.

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Foto: Sr & Sra Smith

En el campo

Donde os asalte el deseo y donde os encontréis en absoluta privacidad. El campo es puro y fresco, tanto como esta actividad humana de conexión tan reconfortante. Sentíos parte de este mundo, abrazad las formas de vida salvajes y desataos en mitad de un bosque, una colina o un prado. El embrujo de la naturaleza es tan poderoso que, además de sacaros de la rutina, os introducirá en un universo mucho más natural y desinhibido.

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Foto: Jordi Cassú

En un ascensor

El culmen de la espontaneidad. Aunque suena a película, un encuentro sexual en un ascensor es un gran avance en la cura de la rutina. No os pedimos que presionéis el botón de “stop” para provocar la situación. ¿O quizá sí? Como queráis. Nos referimos a su uso en caso de avería, pero vuestra imaginación es la que manda. El caso es que utilicéis este habitáculo con otros fines y hagáis uso de sus múltiples características: el espacio reducido, el hecho de estar suspendido en el aire, el morbo vertido por el cine, el espejo y el miedo a ser descubiertos son bazas que jugarán a vuestro favor para conseguir un éxtasis mucho más contundente.

En un tren o en un avión

Ya que el sexo en el coche debería finiquitarse alrededor de la veintena, el siguiente paso es el de experimentar con tu pareja en un medio de transporte en marcha. Preferiblemente, en el baño, donde nadie os vea y, como mucho, sospechen lo que estáis haciendo. Quizá eso os motive más para intentarlo. De hecho, entran en juego asuntos parecidos a los del ascensor, pero con el añadido de estar volando sobre México, por ejemplo. Este lugar no solo es excitante, sino que da a entender que vuestro matrimonio ha vuelto a recuperar la chispa. Si no puedes esperar a llegar a casa o al hotel, todo marcha correctamente.

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Foto: Antonio Guillem

En cualquier lugar de la casa

¿En la bañera? Sí, un clásico, pero, a la vez, un espacio que se acaba olvidando con el tiempo. Si está la cama, ¿para qué hacer malabarismos en la bañera/jacuzzi? Resbalarse en esas circunstancias puede dar pie a roturas considerables. Aunque ahora no lo pienses, acabarás haciéndolo. Igual que ahora lo haces en la bañera y te quedas tan a gusto, debes hacer lo propio con el paso del tiempo.

Está bien usar la cama de vez en cuando, pero no es el único territorio a explorar en la casa. De hecho, su uso exclusivo es el principal motivo de la rutina, tanto que, con el tiempo, acabarás por abandonarla también. Si estáis en la cocina y os entra un calentón, empezad y terminad ahí, que también tiene su encanto. No vayáis al dormitorio. Lo mismo si os motiváis en el jardín, siempre y cuando no te vean los vecinos. No estamos a favor del exhibicionismo.

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Foto: oneinchpunch

En una piscina

El agua es una sustancia muy atrayente en materia sexual, sobre todo para los hombres. Una piscina es un lugar especialmente excitante y nada mejor que utilizar la de tu casa para descubrir nuevas formas de placer. Si estáis en un lugar público, tened mucho cuidado: ¡esperad a que no haya nadie o hacedlo en plena noche! Seguro que os gusta más saber que tenéis plena libertad para desfogaros hasta el extremo, por mucho que el morbo llame a la puerta y amenace con reventarla a golpes. El encuentro con el agua, la tranquilidad de la misma y su fortísimo componente sexual son las medicinas que necesitas para curar el mal de la rutina.

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Foto: MJTH

En casa ajena

Cuando hablamos de estos lugares escabrosos, damos por hecho que primarán el decoro y la educación. Así pues, las casas de vuestros padres pueden ser tan morbosas como excitantes, sobre todo por ese miedo a ser descubiertos. Se trata de cambiar de ambiente y añadir el punto de aventura prohibida al conjunto, aunque sea en el lugar en el que os criasteis. Créenos: funciona. En otras viviendas, los baños y espacios oscuros son perfectos para manifestar el amor, pero sin que te vean. Pueden descubrirte, pero eso nunca está de más para subir la temperatura.

En un concierto o festival

Algunos lugares públicos poseen un atractivo especial. En el caso de la música, su fuerza y capacidad para tocar sentimientos y emociones puede provocaros querer arrancar la ropa de vuestro chico o chica allí mismo. ¡Hazlo! Idos a un lugar más apartado y regalaos una satisfacción rápida y pasional, de esas que también avivan la llama del amor. Sexo y amor se funden en estos encuentros furtivos y generan anécdotas geniales para el futuro.

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Foto: Monkey Business Images

En el centro de estudios o laboral

Si los baños de las universidades hablaran, contarían historias muy subidas de tono. Si todavía te encuentras estudiando, estos lugares son grandes templos del amor. Asimismo, compartir escenario de trabajo con vuestra pareja no tiene por qué ser un problema, sino un aliciente para emplear momentos más relajados en cosas más divertidas. Aprovechad estos momentos de pasión y dad cuerda a vuestro matrimonio, que seguro que tiene más de la que pensáis. Estas pequeñas aventuras diarias son las que apuntalan la relación y la defienden de cualquier rutina peligrosa.

En un hotel durante un día normal

Si estáis cansados de la monotonía surgida del hogar conyugal, hay pocas cosas más estimulantes que coger una maleta de mano y pasar la noche en un hotel céntrico o de las afueras. No deberíais hacerlo a menudo si no queréis que vuestro bolsillo lo note en exceso, pero sí de vez en cuando. Al descubrir espacios diferentes, el sexo recuperará su aspecto más divertido y dejará de lado su faceta más repetitiva.

¿Estáis en plena rutina sexual? No desesperéis. Cambiad de hábitos y de lugares para daros una nueva oportunidad.

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