La gala del Museo Metropolitano de Nueva York (Met) siempre da de qué hablar. Con una temática concreta, sus participantes rinden tributo al protocolo del evento y lo hacen mostrando las mayores excentricidades posibles. En la noche de ayer, con el tema ‘Cuerpos celestiales: moda e imaginario católico’, el asunto se ponía, complejo y altamente estrambótico… ¡Y nadie ha defraudado!
Porque no triunfaron las mejores vestidas, al menos desde el punto de vista de la moda tal y como lo conocemos, sino las más llamativas y que mejor emplearon la temática del evento. Entre ellas, cómo no, Rihanna, que se inspiró en los obispos y papas (cómo lo lees) para rendir tributo a la temática religiosa, sin olvidar la mitra (OMG) y el toque estrella a base de brillantes por doquier. Su obra de Martin Margiela despertó los comentarios de todo el mundo, al igual que el vestido de Katy Perry diseñado por Versace, inspirado en un ángel con alas y todo.
Aunque las mujeres siempre destacan más que los hombres en este tipo de acontecimientos estrafalarios, Jared Leto, haciendo las veces de Jesucristo, conformó junto a Lana del Rey y Alessandro Michele la mismísima Santísima Trinidad. Y Sarah Jessica Parker, bueno, digamos que llevaba un cetro en la cabeza, sin eufemismos.
Otras como Diane Krueger, Amber Heard, Nicky Minaj, Madonna o Cara Delevigne también se excedieron con su habitual dosis de bizarrismo, mientras que otras muchas se quedaron entre la elegancia y lo recargado, sin destacar tanto como las que encabezan este post. Entre ellas, Blake Lively o Jennifer López, incluso Kim Kardashian, normalmente afincada en lo exagerado, pasó más desapercibida con su estilo ajustado de siempre, en el que se limitó a llevar una cruz, pero ni plumas ni flores ni cosas raras.
Pero también hubo sitio para la normalidad, eso sí: bella para la vista, pero aburrida en comparación con las alumnas más aplicadas. Porque Irina Shayk o Miley Cyrus (sí, Miley entra en esta categoría, aunque te cueste creerlo) lucieron como recién caídas del cielo, pero sin comulgar con la temática a pesar de la expresión.
Y, cómo no, no faltaron aquellas celebrities vestidas de blanco, con preciosos diseños que bien podrían ser de novia:
Fue, como siempre, una gala única, surrealista, pero necesaria en el mundo del espectáculo, sobre todo después de los eventos de invierno, mucho más serios. A veces, el picante sienta bien.
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