Todo está listo. Es el día, el mítico y mil veces mencionado día B; estás nerviosa y un millón de sentimientos más que necesitarían kilómetros de papel y tinta. Pero, antes de ir a la iglesia o la finca para la ceremonia, seguro que te asaltan diferentes dudas y preguntas que podrían provocarte varios tics nerviosos al mismo tiempo. Y no tienen que ver con sentimientos; son más bien pequeños detalles prácticos que, debido a la situación de nerviosismo en la que podrías encontrarte, pueden volverte un poco crazy. ¡Empecemos!
¿Dónde me siento en el coche?
Hasta para sentarte en un coche tenemos protocolo en materia nupcial, sí, y debes conocerlo antes de subir en el mismo -después de saber esto, abordaremos cómo subir al vehículo, pues depende del lugar que ocupes dentro del coche-. Si sigues las reglas a rajatabla, esta vez pensadas para sorprender a tus invitados -en breve sabrás por qué-, debes colocarte en los asientos traseros, donde haya espacio para colocar los posibles metros de la cola del vestido.
Pero ahí no queda todo. Lo ideal sería no colocarse detrás del conductor, pues el lugar de la ceremonia suele quedar a la izquierda del coche; así, tu puerta debería llevar directamente a la acera, sin tener que hacer un ‘Juegos del Hambre’ para salir del automóvil. De esta forma, el padrino podrá colocarse a la derecha y, al llegar a la ceremonia, los invitados podrán verte salir directamente, ansiosos por conocer la naturaleza de tu vestido. Si el lugar de la ceremonia está a la derecha, ¡cambia de sitio!
¿Cómo me subo al coche?
No tienes que hacer un conjuro ni convertirte en contorsionista -bueno, quizá un poco-. Si te sientas en la parte de detrás y en el lado contrario del conductor, entra por la puerta de enfrente para que la cola cuente con algo de espacio, es decir, en el hueco de al lado y sobre el regazo de tu padrino -pobre hombre-. Además, esta forma de ejecutar la operación permitirá que la cola te siga cuando abandones el vehículo. La jugada sería brillante.
¿Cómo me bajo del coche?
Sin prisa pero sin pausa. Relax, ahora empieza lo bueno, pero quizá estés un poco atacada de los nervios. Por ello, disfruta de cada momento para quitarle seriedad -y nervios- y empieza a descender del coche.
En primer lugar, el padrino abrirá la puerta de tu coche, por lo que de momento no tendrás que trabajar. A continuación, entrega el ramo al padrino. ¿Crees que podrás hacerlo? Porque salir con un vestido de esas dimensiones requiere concentración y no necesitas extras que te perjudiquen en tu salida triunfal del automóvil. Seguimos: pon los pies en el suelo y míralos. ¿Por qué? Dos cosas: primera foto cool de la ceremonia y revisión del escalón entre el coche y el suelo, bastante importante para evitar un patinazo.
Ahora, tras enderezarte y mostrar toda tu figura ataviada en el gran vestido del día, camina y deja que la cola salga y se muestre del todo. Esto depende del corte del vestido, pues el tamaño de la cola varía mucho. Y ya está todo hecho. Sigue caminando hacia el lugar de la ceremonia e intenta no pisarte el vestido.
Estas preguntas parecen de pequeña importancia en comparación con todo el sarao montado, pero suelen formar parte de esos detalles que no se tienen en cuenta y que afectan en momentos cruciales. ¿Te vas a arriesgar? Pienso en todo ello antes y estarás prevenida.
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