¿Cómo saber si ir o no a una boda? ¡6 preguntas que debes hacerte!

Porque algunos dilemas pueden darte un gran de dolor de cabeza, atentos a esta guía que va a abriros los ojos.

¿Cómo saber si ir o no a una boda? ¡6 preguntas que debes hacerte!
Foto: Eztiphotof
  • Invitadas
  • Invitados
  • Humor

Las bodas son acontecimientos muy especiales. Casi todos los implicados tienen algo que decir o hacer, incluso el tío del pueblo del que nadie se acuerda, que provocaría un cisma familiar en caso de ausencia. Pero tú, que quizá hayas perdido la relación con el novio o la novia a pesar de tu invitación, quizá deberías plantearte tu asistencia. Responde a estas preguntas con sinceridad y averigua si de verdad deberías dejarte arrastrar por el compromiso.

1. ¿Habéis tenido contacto durante el último año?

Publicidad

No vale la felicitación de Facebook, aunque el tamaño del texto que le dedicaste o te dedicó puede dilucidar la respuesta que buscas. Si te quedaste en un “Felicidades, ¡pásalo bien! (dibujo de tarta incluido)”, lo vuestro es poco más que una relación cordial. Si no os habéis relacionado ni por Whatsapp, porque ni siquiera tenéis grupo en común (¿eso es posible?), o no os habéis cruzado por la calle, sin lamentarlo si quiera (¿sabes si vive en tu ciudad o en China?), parece que tu invitación fue un compromiso por vuestro pasado, por lo que tu asistencia sería exactamente lo mismo. Ocurre lo mismo con la ropa: si no te la has puesto en un año, es carne de organización benéfica. Allí hace mucha más falta.

2. ¿Le invitarías tú?/¿Fue a tu boda?

Si la persona en cuestión asistió a tu boda, tú debes hacer lo propio por educación. En el caso de que vayas a contraer matrimonio, sabemos que hay personas del pasado que siempre serán especiales y que van a ser invitados. Pero si dudas, si te planteas su asistencia a tu gran día, si crees que su ausencia te dolerá lo mismo que la eliminación de los langostinos en el menú, igual no debería aparecer. En ese caso, tu tampoco deberías personarte en la finca de su banquete, pues seguro que ha pensado lo mismo que tú, aunque le ha dado reparo no invitarte.

3. ¿Conoces a alguien de la boda aparte de los novios?

Si no conoces a ninguno de sus amigos o familiares, exceptuando a la prima pesada a la que hacíais jugarretas en cuarto de Primaria, es evidente que esa persona ha cambiado de vida y, por ende, de círculos sociales. Si tú sobrevives es porque te valora de alguna forma, pero su pasado ha sucumbido en el fondo del mar. Ante esta situación, seguro que te encuentras solo durante toda la velada, buscando columnas con las que hablar y conversaciones vacías con el lomo a la mostaza. Por suerte, en tu mesa habrá algunos otros invitados residuales que, como comitiva de desesperados, han sido reunidos por no dejarles fuera alimentando a las palomas. Puedes hablar con ellos, pero quizá se sientan tan perdidos como tú. O quizá sean los raritos; también lo puedes ser tú. No quieras saberlo y quédate en casa.

4. ¿Cómo está tu economía?

Todo el mundo tiene momentos de bajón económico. Si el novio o novia es una de tus personas favoritas, te gastas el dinero con gusto, por muchos agujeros que haya en tu cartera. Si te planteas la asistencia y tu cuenta lucha por sobrevivir, esa boda solo empeoraría la situación, pues será un gasto en vano, sin diversión ni emoción. No es que la persona no sea excelente y no se merezca tu asistencia, pero a veces hay que ser egoísta y cuidar de uno mismo. El regalo, la indumentaria y los detalles pueden dejarte muy tocado/a.

guardarSara Lobla
Foto: Sara Lobla

 5. ¿Te dolería no haber vivido ese momento con él/ella?

En Facebook, poco a poco descubres que muchos de tus amigos del pasado, casi todos del colegio o del instituto, deciden casarse. Lo sabes por fotos y posts, y quizá, solo quizá, se te escape un “enhorabuena” como comentario en su álbum, pero poco más. Si asistir a ese reportaje desde el frío mundo virtual no te escuece, está claro que el novio/a hizo bien en no invitarte. Ahora, imagina que ese amigo que acaba de invitarte hubiera hecho lo mismo. ¿Te dolería haberte enterado por las redes sociales? Si piensas que tu reacción sería la misma que con esos colegas de estudios, ya sabes lo que tienes que hacer. 

6. ¿Qué pasaría si vivierais en lugares diferentes?

Si llega a tus oídos que esa persona tiene pensado irse a vivir a Estambul, por ejemplo, ¿te dolería pero, a la vez, te alegrarías por ella? En ese caso, ve a la boda de cabeza, pues está claro que le echarías de menos y que le quieres. Si solo te alegrarías por ella, quizá debas dejar tu puesto vacante, pues ningún órgano se ha encogido en tu cuerpo ante su hipotética partida. Evidentemente, no le echarías en falta. Si encima le envidias porque crees que no merece esa oportunidad y tu sí, o, incluso, deseas que se vaya para no soportar sus tonterías (por Facebook siempre podrás seguir irritándote), no sabemos cómo has podido plantearte ir en algún momento. Más que echarle de menos, impedirías que regresara si se lo planteara. El compromiso, a veces, carece de todo sentido.

guardarManu Prats
Foto: Manu Prats

¿Ya sabes si debes ir a la boda? Si sigues dudando, seguro que quieres asistir o te da pánico el “qué dirán” si no lo haces. En estas circunstancias, sentimos decirte que nadie dirá nada, pues los novios estarán a lo suyo y el resto de asistentes no sabrá ni quién eres. Piénsalo bien, anda.

Si estás en la situación inversa, aquí 8 preguntas que debes hacerte antes de invitar a alguien a tu boda.

Selecciona a los proveedores que quieres contactar

Sara Lobla Fotógrafos bodas
Wedding's Art | Photo & Film Fotógrafos bodas
Eztiphoto Fotógrafos bodas
Publicidad

¿No te quieres perder las últimas novedades para tu boda?

Suscríbete a nuestra newsletter

Escribir un comentario

Lista de bodas Zankyou ¡Recibe el 100% de tus regalos en cash!