Se puede encontrar el amor en todas partes. A veces, esa chispa nace en mitad de la oscuridad, cuando ni la esperanza es capaz de mostrar la luz. Edith Steiner y John Mackay se conocieron hace más de 70 años, pero su historia no tiene que ver con ninguna que jamás hayas leído, visto o escuchado.
En 1944, Edith Steiner, natural de Székesfehérvár (Hungría), tenía 20 años y se encontraba atrapada en Auschwitz, el campo de concentración nazi más terrorífico de la Segunda Guerra Mundial. Fueron seis semanas, seis oscuras, inciertas y peligrosas semanas. Y coincidieron con una de las épocas más duras para los prisioneros, pues, además de convivir con constantes amenazas de muerte, también lo hizo con Josef Mengele, conocido como El Ángel de la Muerte. Este sujeto no era un simple oficial de las SS, sino uno de los grandes capos de la formación y, para colmo, un médico que experimentaba sádicamente con los presos.
Fue entonces cuando una división escocesa irrumpió en el diabólico escenario e inició una labor de rescate. John Mackay formaba parte de la brigada. Pero, ¿quién es John Mackay? Un soldado aguerrido experto en misiones peligrosas, como la que vivió en los primeros años de la Segunda Guerra Mundial. Como parte del Special Air Service (Servicio Aéreo Especial), conocido por sus siglas SAS, John había conseguido escapar de un campo de prisioneros de guerra italiano en Libia, haciéndose pasar por un soldado italiano.
En ese fatídico 1944, con el conflicto en sus últimas horas, su misión era rescatar a los presos judíos que sufrían en Auschwitz. Una de ellas fue Edith. Así, la joven se convertía en la única superviviente de su familia junto a su madre, con 39 familiares ejecutados durante esta oscura época de horror. Edith volvió a nacer.
Poco después del rescate, en el baile por la liberación de los prisioneros, John echó el ojo a Edith y quiso bailar con ella, por lo que mandó a un amigo como celestina. Sin embargo, Edith, que no había perdido ni un ápice de orgullo a pesar del terrible enclaustramiento, dijo que solo accedería a bailar con John si él mismo se lo pedía. ¡Y así fue!
El 17 de julio de 1946 fue el día en el que ambos unieron sus vidas para siempre. Como marido y mujer, pasaron sus días en Escocia al frente del Atholl Arms Hotel de Pitlochry y tuvieron a sus dos hijos, Sharon y Peter. Al final de su vida laboral, se retiraron en Dundee, también en Escocia.
El pasado febrero se cumplieron 71 años desde su primer San Valentín juntos y la noticia ha llenado los medios, como no podía ser de otra manera. ¿Recuerdas una historia tan potente y encantadora?
Edith murió al poco tiempo, con 92 largos años de edad a sus espaldas repletos de felicidad. Su vida, sin duda, ha sido una aventura.
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