Desde pequeñas a todas nos han hablado del príncipe azul, ése que viene en un blanco corcel a rescatarnos (de lo que sea). Es guapísimo, inteligente, educado… Y, además, se enamora de nosotras a primera vista. Con estas expectativas es lógico que, cuando encontramos a un hombre de a pie normal y al que queremos, nos asalten a lo loco miles de dudas, pero una en concreto: ¿y él es realmente el hombre de mi vida?
No debes bajar las expectativas sólo porque éstas sean altas. Tienes que buscar a tu hombre ideal. ¡Ojo! No al hombre perfecto, que son conceptos diferentes… Y debes empezar por ti misma para saber si has elegido bien. La decisión de tener una relación de pareja no debe estar condicionada por la prisa, la edad, una temporada complicada o el aburrimiento.
Debes estar tranquila y feliz sola para poder ofrecer lo mejor de ti a tu pareja. Y, desde luego, estar con alguien no debe obedecer a una motivación económica: para eso, ¡compartimos piso con una amiga y listo!
En cuanto a tu pareja, ésta debe ser una persona equilibrada y que respete tu vida, a tu familia, a tus amigos, tu espacio, tus inquietudes, tus sueños… ¡Tu todo! Las metas en la pareja tienen que ser comunes con las tuyas, ya que si las expectativas de cada uno son diferentes, se transformarán en problemas de cualquier tipo. Probablemente no al principio, cuando todo es precioso, y el momento de tomar las decisiones en las que diferís parecen muy lejanas. Pero ten en cuenta que todo llega y no vale pensar “ya cambiará”. ¿Qué pasa si él piensa lo mismo respecto a ti?
Un punto poco romántico, pero de extremada importancia, es la economía. No te olvides de que cuando viváis juntos habrá gastos que tendréis que compartir, a pesar de que hayáis hecho separación de bienes. Sin embargo, cualquiera de los extremos de esta situación (tener cuentas separadas o juntas) puede traer discusiones a la pareja… La economía es un tema serio que hay que hablar en algún momento de la relación, al igual que otras conversaciones que debéis tener previamente, por ejemplo cuando os vayáis a vivir juntos.
Puedes hacer un ejercicio que te ayudará siempre que seas sincera contigo misma a saber si es la persona correcta: imagínate la vida con tu pareja dentro de cinco u ocho años, pero ¡sé realista! No se trata de imaginar cómo querrías que fuera.
Imagina si habéis tenido niños o no, por qué, cómo sería un día normal, algún día del fin de semana o incluso en vacaciones. Empieza desde que te levantas y sigue según va pasando el día. Después de ello, piensa si te gusta lo que ves. Sin duda, es el hombre de tu vida siempre que la vida sea mejor con él que sin él.
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