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La novia de las zapatillas plateadas: el gran día de Mire y Pepe

¿Qué es lo que hace que una novia sea ella misma en su boda? La naturalidad es una de las claves y eso fue lo que no faltó en la boda de Mireia y Pepe. ¡No te la pierdas!

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¿Qué mejor incentivo para que dos médicos acaben con éxito el MIR que prometerse que se casarían al terminarlo? Así fu la historia de amor de Mireia y Pepe, práctica, natural y original y  así fue también su boda organizada por las chicas de Detallerie y retratada por los profesionales de Díez y Bordons y de Padilla y Rigau, que realizaron el vídeo de la boda.

Los novios

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Para un día tan especial, Mire escogió un vestido de Xavi Gonzálvez, un original diseño con falda de volantes y sobre cuerpo de encaje con el que la novia consiguió su objetivo: sentirse ella misma en todo momento y no verse disfrazada.

guardarFoto: Díez y Bordons.
Foto: Díez y Bordons.
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Foto: Díez y Bordons.
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Foto: Díez y Bordons.

Como complementos, la novia escogió unos pendientes que le habían regalado sus suegros y, por supuesto, su anillo de pedida. Tampoco descuidó sus zapatos, con los que marcó la diferencia en su boda. Y es que lejos de decantarse por unos peeptoe, unas sandalias o unas bailarinas como hacen la mayoría de las novias, Mireia optó por unas zapatillas en color plateado cubiertas de glitter de la marca Superga. “Fueron todo un acierto ya que no solo conseguí estar muy cómoda sino también poner un toque más personal a mi look”, cuenta. Para el ramo, la novia escogió las ramas de olivo como elemento principal. “Fue una creación de Moshi junto a las chicas de Detallerie y estaba muy en línea con la decoración floral de la celebración, en la que también dominaba el olivo”.

guardarFoto: Díez y Bordons.
Foto: Díez y Bordons.
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Foto: Díez y Bordons.

Pepe, por su parte, se olvidó del clásico chaqué para convertirse en un auténtico “gentleman” apostando por un traje negro que complementó con una pajarita en el mismo color. Sin duda, todo un acierto.

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Foto: Díez y Bordons.
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Foto: Díez y Bordons.

La ceremonia

Una vez listos, los novios llegaron juntos a sus respectivos padrinos a los jardines de Mas Bonvilar, la preciosa masía del siglo XVII llena de contrastes y encanto en la que se celebraron tanto la boda como el posterior convite. “Desde el primer momento nos pareció un lugar espectacular y no tuvimos dudas de que queríamos casarnos allí”, recuerda Mireia.

guardarFoto: Díez y Bordons.
Foto: Díez y Bordons.

“Querían que fuese una boda muy acogedora y familiar y, a la vez, que todo tuviera lugar en un entorno muy natural, por lo que Mas Bonvilar era el lugar perfecto para ellos”, nos cuentan Carolina y Nuria de Detallerie. Y lo consiguieron. “El gran reto que tuvimos fue trabajar duro para que, incluso en una boda con gran número de invitados, la celebración siguiera siendo muy acogedora y familiar. Por ello, las sillas de la ceremonia se colocaron en semicírculo, para que los novios se sintieran más arropados por su familia”. El resultado fue espectacular.

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Foto: Díez y Bordons.
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Foto: Díez y Bordons.
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Foto: Díez y Bordons.

La sorpresa llegó de la mano de las madres de los novios. Cada una de ellas toca un instrumento diferente y durante la ceremonia sorprendieron a todos tocando una pieza que llevaban tiempo ensayando juntas.

Tras el sí quiero, los novios aprovecharon los jardines de la finca para hacerse sus primeras fotos como marido y mujer de la mano de los profesionales de Díez y Bordons. “¡Hicieron un trabajo espectacular!”, recuerda Mireia.

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El banquete

Mientras, los invitados descubrían todos los detalles que las chicas de Detallerie habían creado para que la boda fuese totalmente única. “La familia del novio se ha dedicado tradicionalmente a la producción de aceite de oliva, por lo que los novios pidieron que el olivo tuviera protagonismo en la decoración de la boda. Por eso, desde el ramo de la novia hasta los centros de mesa, fueron creados partiendo de este bonito árbol con la ayuda de Moshi Floristería”, recuerdan Nuria y Carolina. Además, para favorecer el ambiente acogedor que buscaban los novios, se optó por la madera para las mesas. “Creamos una disposición de mesas imperiales de madera que restaban formalismos y aportaban un ambiente mucho más familiar”.

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Foto: Díez y Bordons.
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La comida corrió a cargo de Jubany todo un acierto que los novios y sus  invitados recordarán para siempre.

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Y después del convite llegó el baile, seguido de la fiesta en la que brillaron con luz propia tanto el photocall como la caravana de crepes de Creperie de Marione que hizo las delicias de amigos y familiares que no dudaron en disfrutar de sus exquisiteces.

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Foto: Díez y Bordons.
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Y es que cuando una boda se prepara con tanto cariño y sobre todo con la ayuda de grandes profesionales, el resultado solo puede ser un gran día espectacular, como el que vivieron estos novios. ¡Enhorabuena a los dos y muchas gracias por compartir con nosotros vuestro gran día!

Si te ha gustado este post, no te pierdas el gran día de Carol y Tati, también con el olivo como eje de la decoración de su boda, ni la boda de Ani y Carlos, una segunda oportunidad al amor llena de detalles.

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