Llena de sentimientos: la boda de María y Javier
Sentimientos que pudimos percibir incluso en la canción que sonó en el baile nupcial, compuesta por el propio novio y que contaba la historia de la pareja. ¡No os podéis perder esta boda!
María y Javier se conocieron en Madrid, en el colegio, pero no eran alumnos, sino profesores. Coincidieron de casualidad, María llegó para hacer una sustitución y Javier ya trabajaba allí. Comenzaron siendo un compañero más el uno para el otro, pero fue surgiendo la chispa ¡y el amor!
La pedida de mano fue en el Valle de Glendalough, (Irlanda) en septiembre de 2018. “Cuando terminamos el colegio, el primer viernes después de vacaciones, nos subimos al coche y me llevó hacia el aeropuerto, me dijo que sería un viaje relámpago para empezar bien el curso. Cuando nos levantamos el sábado, cogimos un coche y fuimos hacia el Valle de Glendalough, el valle de los dos lagos y, allí, contemplando un precioso paisaje rodeado de magia, me pidió que me casara con él. La respuesta no pudo ser otra, de ahí, el inicio de nuestra canción de la boda: 8 de septiembre verde“, confiesa la novia.
Los novios
La boda tuvo lugar en una preciosa finca de Ciudad Real. María se vistió con un diseño de María Barragán, de corte clásico, confeccionado en crepé de seda, con manga francesa y escote redondo en la espalda, cerrando con una gran botonadura. Tanto los hombros como la cadera estaban adornados por guipur bordado y tenía una sobre falda de seda con una gran cola.
Acompañó el vestido de un velo amantillado ovalado y bordado a mano, que también llevó su hermana en su boda. De hecho, la elección del vestido estuvo condicionada por el velo, puesto que era imprescindible para la novia lucirlo. Además, se colocó sobre el peinado, dos tocados, ambos de M de Paulet, a juego con los pendientes. El primero fue un tocado envolvente hecho en tonos dorados, rosas y verdes que hacía resaltar el velo. Después, en la fiesta, cambió de peinado y se puso una corona de plumas en color rosa empolvado.
Otro de los complementos estrella fueron los zapatos, de Salo Madrid, de terciopelo rosa con un lazo zapatero en el talón. Además del ramo de flores, obra de Afloremio. En la bonita composición predominaba la hoja de eucalipto, que estuvo presente en toda la boda, tanto en la ceremonia como en la finca, la rosa preservada de color rosa, el cardo azul y la rosa de pitiminí.
Javier escogió la firma Scalpers, y se decantó por un chaqué negro con camisa a medida de Camille de le Mans y una corbata estampada de lo más divertida.
Las fotos y el vídeo corrieron a cargo de Togethernow quienes hicieron un trabajo excepcional. “No pudimos haber elegido mejor, desde el primer momento nos transmitieron seguridad, confianza y profesionalidad. El día de la boda fue perfecto y, al recibir el material, no pudimos mas que agradecerles su buen trabajo y el amor con el que lo hacen”, explican los novios.
La ceremonia
La ceremonia fue en la Iglesia de San Juan Bautista y Santo Domingo de Silos, en Chillón, que fue construida en el patio de armas del antiguo castillo de los Donceles, en el siglo XVI. De hecho, comparte con él algunos de sus muros y la Torre del Homenaje, hoy utilizada como campanario y baptisterio. Declarada Monumento Histórico – Artístico, en algunas partes se puede observar un estilo gótico tardío, en su ábside y crucero. En su interior caben destacar tanto el impresionante artesonado mudéjar como los frescos que cubren sus paredes.
El banquete
El banquete se celebró en la Finca La Peraleda, una enorme finca llena de olivos, destinada a celebraciones con un gran salón moderno y elegante, y una terraza con piscina donde se celebró la barra libre. Allí, el catering Le Gourmet sorprendió a todos con las mejores delicias. Otra de las sorpresas fueron los detalles que los novios prepararon para agradecer a los invitados su presencia: una cajita de M&M’s personalizados y cinco réplicas del ramo de novia, para las dos madres, las hermanas y la abuela del novio.
El salón donde se celebró la comida tenía un estilo sencillo, elegante pero moderno a su vez, con una gran cantidad de luz natural. Uno de sus laterales, completamente acristalado, permitió disfrutar de unas preciosas vistas. La mantelería utilizada era en tonos crema, mimetizándose con el entorno y creando armonía. Las minutas llevaban una pequeña ilustración de horas de olivo y el sello de la boda, al igual que las invitaciones, cuya hoja de olivo forraba el interior de un sobre gris perla y se cerraba con el sello en forma de lacre blanco.
Los centros de mesa estaban compuesto por hoja de eucalipto, al igual que el ramo de la novia. El “busca tu sitio” y los meseros eran dibujos de los alumnos de María y Javier. “Los dos somos profesores y, desde el momento que anunciamos nuestra boda, todos los dibujos que nos regalaban tenían que ver con ello, por lo que, pensamos que sería un guiño precioso a nuestra profesión y a nuestros niños tener sus dibujos con nosotros”, expresan los novios.
Baile de los novios
Llegado el momento del baile, sorprendieron con una canción que el novio compuso con la ayuda de Sandra Merino, en la que contaba su historia. ¡Un detalle de lo más especial!
La pareja recuerda su boda como una celebración “romántica y llena de sentimientos”. ¡Desde Zankyou les deseamos que sean muy felices en su nueva etapa como matrimonio!
Lugar de celebración: Finca La Peraleda | Foto y vídeo: Togethernow | Vestido de novia: Atelier María Barragán | Traje de novio: Scalpers | Complementos de novia: M de Paulet | Zapatos: Salo Madrid | Floristería: Afloremio | Catering: Le Gourmet | Maquillaje y peinado: María José Bautista | Detalles para invitados: M&M´s | Transporte: Sirga Bus | Invitaciones: Venaya Moments | Photocall: Sapaflash | Dj: Sandra Merino Música
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