Una boda Disney + dos novias luchadoras = una historia de amor única
Luchar por los sueños es clave en la vida, sobre todo si de ellos depende nuestra felicidad. Haru y Ryu superaron todas las barreras para conseguirlos.
Cuando decidieron casarse, Haru y Ryu tenían muy claro el lugar para organizar su boda: Tokyo DisneySea. Pero, tras 13 años de relación, el miedo al rechazo de las familias a su historia de amor seguía existiendo. En las pieles de Ana y Elsa, sus heroínas Disney y papeles que quería encarnar en su gran día, quizá todo podría ser más fácil. Pero había mucho por hacer.
El principal problema era el miedo. Ryu no había hablado a sus padres de la relación que mantenía con Haru desde hacía tantos años. “Creo que mi madre se hacía una idea, pero pensaba que mi padre jamás lo aceptaría“, contaba Ryo. “Estaba dispuesta a ser rechazada por mis padres, pero si mis padres no iban a asistir, no tenía sentido celebrar ninguna ceremonia”. Y es que en Japón, célebre por sobresalir en materia de progreso, no está legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo, aunque alguna localidades sí lo reconocen. Por ello, el asunto parecía más complicado.
Todo comenzó hace 13 años, cuando la pareja se conoció gracias a un amigo en común. Tras este encuentro, la relación echó a andar, pero desde la distancia: Haru vivía en Tokio y Ryo en Nagano. Y el destino hizo de las suyas, de manera negativa aunque con final feliz para la pareja: la bestialidad del terremoto y tsunami que sufrió Japón oriental en 2011, de 9,0 MW y causante de las olas de maremoto que asolaron la región de Tōhoku, propició que la pareja no quisiera pasar más tiempo separada. Fue un increíble mal para Japón que sirvió a Haru y Ryu para tomar una decisión importante.
A partir de entonces, se tanteó la idea de unir sus vidas en matrimonio, aunque Haru prefería que fuera Ryu la que se encargara de la propuesta formal. Ryu, sin embargo, seguía dudosa por el miedo a la reacción familiar, aunque pronto descubrió que quizá tenía prejuicios de más: “Mis padres tuvieron la oportunidad de vivir en una cultura abierta de mente respecto al grupo LGBT en uno de sus viajes al extranjero”, contó Ryo. “Desde entonces, se habían vuelto más flexibles, en parte debido a esas experiencias, y me aceptaron fácilmente“.
Todo salió tan bien que el padre de Ryu se convirtió en una persona totalmente nueva para ella. “Hasta entonces no tuve muchas oportunidades de hablar con mi padre, pero después de sincerarme con él y comenzar a planear la boda, pude hablar y compartir más tiempo con él”.
Así, superado el escollo más importante, tocaba lidiar con los demás. Ryu pidió matrimonio a Haru, pero la celebración de la misma todavía debía pasar una siguiente prueba: conseguir tiempo libre en el trabajo para la boda. Y es que, aunque la familia había aceptado a la pareja, en el ambiente de trabajo no era tan fácil abordar esta situación. Además, los japoneses viven para trabajar, por lo que unos días libres de improviso no habrían sido bien vistos.
Tal y como explicó Haru, “normalmente, solicitar tiempo libre para una boda suele ser una noticia celebrada por todos, sin embargo, me preocupaba que la gente pensara que dejaba de lado el trabajo para irme de vacaciones”, dijo Haru. Por ello, la joven habló con sus jefes y compañeros más cercanos, dejando a un lado a los altos ejecutivos de la empresa, y se consiguieron unas vacaciones para la boda, aunque estas no se correspondieran con el permiso que reciben las parejas heterosexuales. Así, y a pesar de ese aspecto social a mejorar, se superó esta barrera y esos compañeros felicitaron a Haru por el nuevo paso que estaba a punto de dar.
Finalmente, la boda se pudo organizar en Tokyo DisneySea. El enclave era perfecto para la pareja, pues allí se prometieron y afianzaron su relación. Y se ejecutó con todos los detalles previstos, es decir, los lazos verde y azul que representaban a Ana y Elsa de Frozen. Además, el padre de Ryu acompañó a su hija de la mano hasta Haru antes de comenzar la ceremonia. El final fue perfecto.
Luchar por los sueños es clave en la vida, sobre todo si de ellos depende nuestra felicidad. Haru y Ryu superaron todas las barreras para conseguirlos.
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