9 situaciones en las que encontrar el amor cuando ya no tienes 20 años
El amor puede llegar en cualquier instante, pero hay momentos en la vida en que los círculos sociales se reducen. ¿Qué hacer si buscas pareja?
No estamos diciendo que estés mayor, ni mucho menos. Pero, en ciertas circunstancias, y tras quemar determinadas etapas, parece más complicado conocer gente, siempre y cuando sea ese tu propósito. Estamos en el siglo XXI y no hay ninguna necesidad manifiesta de tener a otra persona para ser feliz, por lo que este artículo va dedicado a los que sí desean encontrarla.
Hace tiempo, los círculos sociales brotaban como las setas en otoño. La universidad, las clases de violín, las fiestas… Cualquiera de estos entornos motivaban la interacción con otras personas, y solían desencadenar en muchos más planes (viajes locos, más fiestas, festivales…) con las mismas posibilidades (los amigos de amigos de amigos, ya sabes). Hoy, además de la familia, seguro que te quedan tus amigos de siempre (muchos de ellos de tu época de estudios) y del trabajo, ese clavo ardiendo con el que poder socializar. Pero hay más, ¡aunque no lo sepas! Además, con tu experiencia en la vida, sabrás lo que quieres mucho antes que tiempo atrás, cuando todavía no sabías de qué iban las relaciones, el amor y todo lo demás.
En el trabajo
Empezamos por la más obvia, ya que es el lugar en el que pasas más tiempo, más que en la cama. A no ser que ya tengas pareja, es normal que alguien del trabajo te llame la atención, siempre y cuando se mueva en tu rango de edad. Las visitas a la máquina del agua o del café, la entrega de documentos, la solución de dudas y las reuniones pueden generar algún tipo de atracción entre personas, a pesar del escenario más o menos deprimente. Tenéis en común un trabajo y eso ya es algo, pero queda el inconveniente de veros a todas horas si vuestro encaprichamiento llega a algo serio. En esta situación, lo que os parecía encantador puede acabar sacándoos de quicio. Aun así, este entorno es el más normal para conocer a alguien cuando terminas ciertas etapas de la vida, así que intenta valorar el romanticismo que puede tener la sala de la fotocopiadora.
En el gimnasio
Aunque no todo el mundo vaya al gimnasio, casi todos contamos con esa suscripción al mismo que solemos ignorar. En este almacén de feromonas, se suelen estrechar los lazos entre personas sexualmente compatibles. Quizá sean las elípticas o ese programa tan interesante y sin sonido que ponen en la tele, pero algo surge, llámalo X. Con este panorama, no resulta tan descabellado ligar, y quién sabe si llegar a algo más serio. Para empezar, ya compartís algo en común: poneros en forma. Ya sea por necesidad o por placer, vuestro ideal es un cuerpo fuerte y sano. Y os habéis visto chorreando de sudor, algo atractivo o desagradable, según cómo se mire. Después de veros las caras tantas veces, alguno tendrá que dar el primer paso, pero sécate primero.
De vacaciones
Si te vas de viaje con amigos, no es difícil acabar cruzando palabras con otro grupo que lleve el mismo rollo que vosotros. Así pues, en un entorno de estas características, con el atractivo de las vacaciones, la falta de restricciones y la sensación de sentirte vivo (quién sabe si el alcohol también influye), todo se intensifica más, mucho más. Los solteros viajan más que las personas emparejadas, pues gozan de mayor tiempo libre y no rinden cuentas a nadie. En este sentido, la posibilidad de coincidir con alguien interesante no es tan descabellada, aunque sea en Islandia.
En Internet
Un tópico mil veces repudiado, pero una opción, al fin y al cabo. Ya te explicamos las ventajas que tiene encontrar el amor a través de la red, y no hay nada de qué avergonzarse. Y no hablamos solo de las aplicaciones de citas como Tinder o Happn. Las redes sociales, como Instagram y Facebook, funcionan muy bien para acercarse a otras personas, introducirse en círculos y descubrir cosas nuevas. ¡Hasta Linkedin se utiliza con este propósito de vez en cuando! De hecho, Internet y los perfiles que trae consigo facilitan y simplifican las relaciones, ya que pronto conocemos los detalles más importantes que casi siempre garantizan empezar a hablar con alguna persona. ¡Cuidado con los mentirosos/as, eso sí!
En eventos
Hay eventos de todo tipo y, aunque la mayoría están relacionados con el trabajo, también existen las inauguraciones, los cineforum, los coloquios, las charlas, las exposiciones… En este contexto, las personas que coinciden ya tienen un gusto en común. Además, muchas de estas reuniones se repiten con una misma temática y pueden alargar esa relación de miradas y acercamientos que surge cuando te empieza a gustar alguien. Después, la conversación cultureta de turno sale sola.
Actividades
Parece de película, pero las personas adultas también se apuntan a “clases extraescolares”. El yoga, el baile, la pintura, la cocina y la natación son actividades para todas las edades e ideales para acercar posturas entre diferentes personas. No olvidemos que, aunque la atracción se puede generar en un solo segundo, llegar a un sentimiento más profundo (no tiene por qué ser el amor) requiere cierto tiempo, por lo que es necesario compartir algunos momentos durante una época, aunque sea pequeña.
En cenas de amigos
Ya sean amigos solteros o amigos casados, es muy típico que, de vez en cuando, estos organicen comidas o cenas en las que coinciden diferentes grupos de amigos, muchos de ellos con solteros que acuden para socializarse. Sea cual sea el caso, algunas de estas cenas ven crecer el amor de algunas de las partes implicadas. El vino y la buena conversación hacen mucho.
Un festival
La música es un arte de hermanamiento total que comparten multitud de personas, independientemente de la edad. De hecho, y a pesar de su existencia longeva, los millennials, muchos de ellos cerca de los 40 años, han sido los encargados de instaurar la verdadera pasión y asiduidad de estos eventos. Pero, a lo que íbamos: la música une y relaciona como ninguna otra cosa, creando un sentimiento de empatía y otro de conexión al pertenecer a algo común. ¡Es como luchar en una guerra por la misma causa! En plena danza social, como la que se da en un festival, y con ese toque salvaje y místico, el amor puede surgir. ¿Por qué no? El grupo en común ya lo tenéis, el cual va ligado a un género musical que seguro compartís y este, en ocasiones, acompaña a una filosofía de vida. ¿Te ha convencido la teoría?
Trayectos
Hoy en día, las personas forman parte del frenesí que es la vida rutinaria. Desde ir a trabajar hasta comprar el pan, siempre nos desplazamos de un lugar a otro y, muchas veces, nos cruzamos con las mismas personas. Algunas se miran y otras se ignoran, pero entre las que existe conexión se puede construir algo interesante si alguno de los dos es valiente. Estas situaciones parecen escritas por un guionista de comedia romántica, pero casi toda la ficción bebe de una realidad que, si te esfuerzas un poco, puedes convertirse en película sin que pierda su verdad.
Coincidencia de padres solteros
Ya sea por un divorcio, por una separación o por haber sido padre/madre soltero, hay personas con hijos y sin pareja que buscan conocer a alguien. Parece una tontería, pero los hijos pueden ser un vehículo para encontrar el amor, ya sea en las típicas reuniones del colegio o, incluso, acudiendo a viajes de solteros con hijos que muchas compañías organizan. En estos viajes no se busca el amor a toda costa, pero no es difícil que surja entre padres que buscan las mismas cosas. Aunque te lo tomes a risa, nunca sabes qué puede pasar en estas circunstancias.
Estas son algunas de las situaciones que te presentamos como posibles lugares en los que encontrar el amor. Aunque este puede aparecer en el lugar más inesperado, hay un momento en la vida donde todo cambia de golpe, con una rutina a cuestas que deja muy poco tiempo libre y pocas circunstancias en las que interactuar.
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