Adiós mitos: comportamientos "poco masculinos" que deberían darse en toda relación

La igualdad entre sexos tiene todavía una dura batalla en el ámbito del hogar y del día a día. ¡Encuentra el equilibrio!

  • Vida en pareja
  • Consejos
  • International
  • Pareja

Desde su comienzo, el siglo XXI ha sido un momento histórico de evolución importante. Desde un punto de vista social, la línea que separa a hombres y mujeres es cada vez más fina, fomentando la igualdad entre sexos y, como consecuencia, el concepto de justicia real que llevábamos años demandando. Pero no todo es de color de rosa. Sin darnos cuenta, casi todos demostramos una actitud machista. La cultura del pasado está demasiado arraigada como para eliminarse de un plumazo. Hay actividades y comportamientos ligados a las mujeres o a los hombre por sistema, y no debería ser así en una sociedad evolucionada (descubre aquí 6 secretos que muchos chicos tienen).

Publicidad

Algunos comportamientos masculinos del nuevo siglo, que huyen del concepto de “hombre” socialmente establecido, no están del todo aceptados. Son habituales las palabras hirientes contra los hombres que se salen de la norma de antaño, incluso por parte de las personas que hacen gala de su tolerancia. Estamos contaminados. Por eso, desde Zankyou, queremos romper una lanza en favor de esos hombres que han sabido adaptarse a los tiempos y que trabajan en la consecución de ese necesario equilibrio. 

guardarAlvaro Sancha
Foto: Alvaro Sancha

Abrirse y mostrar sentimientos

Estamos tan intoxicados que creemos que esta actitud es propia de las mujeres. Al parecer, mientras ellas expresan su amor de alguna forma (palabras, gestos…), ellos deberían estar cavando una zanja.

Los hombres que dicen y muestran sus emociones son los que más seguros están de su sexualidad. Reprimirse no solo es negativo para el crecimiento personal, sino que evidencia las dudas sobre uno mismo. Es importante sentirse parte de un género, pero abrirse a los demás debería ser inherente a las personas, sin etiquetas. Al fin y al cabo, mostrar los sentimientos es parte de nuestra condición de seres sociales y evolucionados. Es un homenaje a nuestra humanidad. Pensar lo contrario es un grave síntoma de machismo e involución, más propio del hombre del Oeste que del sujeto del siglo XXI.

guardarCarla Aymat Photography
Foto: Carla Aymat Photography

Cuidarse

Las malas lenguas dicen que el matrimonio implica echarse a perder físicamente: como el trabajo de buscar pareja ya está finiquitado, podemos retirar nuestro producto del mercado. Aunque estas afirmaciones son habladurías, algunos matrimonios se han dejado embaucar por ellas. El hombre, además, es el que más se aprovecha de esta situación. Si ellas se esfuerzan por mantenerse guapas, ¿por qué no lo hacen ellos también? Otra señal de machismo: solo ella debe esforzarse para contentar al marido. Ambos están en el mismo barco y nadie debería bajarse en mitad de la travesía.

Por suerte, la nueva década ha instaurado rutinas de ejercicio, compras y comida sana entre los hombres que, además de promulgar ese necesario equilibrio entre sexos, ha mantenido el atractivo en la mayoría de ellos sin varias el estilo de cada uno. Se siguen viendo barrigas, excesos y una alarmante falta de preocupación por la higiene y el vestuario, pero el asunto va mejorando. Más vale que todo siga esta línea. ¡Que no jueguen con fuego!

guardarMarie Marí
Foto: Marie Marí

Buscar el equilibrio en las tareas domésticas

En el momento en que una mujer hace una colada de más o fríe un filete que no debería, asistimos a una flagrante sesión de machismo gratuita. Atribuir este papel a las mujeres es la primera señal de sexismo, muchas veces involuntario (ése es el machismo más grave). Si ella plancha, él cocina; si ella pone la lavadora, él friega el baño de arriba abajo. Equilibrio, normas, horarios, tratos… Lo que sea, pero que nada se dé por supuesto. Lo de esperar al marido con la cena hecha es propio de los años 50. Si él hace lo mismo, no está mal establecer una rutina de sorpresas culinarias, pero debe darse esa condición de reciprocidad. A veces, él cocina y parece que ha cumplido para el resto del milenio. Eso es machismo elevado al cubo. ¡Igualdad en todos los órdenes de la vida!

Todo esto funciona en ambos sentidos. Ella también puede montar un mueble, colgar un cuadro o cambiar un grifo. Él no es menos hombre si la fontanería se le da mal y ella no es demasiado masculina si domina esas actividades; igual que él no es demasiado mujer si cocina como Ferran Adriá y ella menos mujer si es un desastre fregando. Ninguno traiciona a su género por ello. Los roles establecidos por la sociedad deberían sucumbir en favor de la igualdad: que cada uno haga lo que se le dé mejor, sea lo que sea, y se llegue a un consenso.

guardarEztiphoto
Foto: Eztiphoto

Conversaciones relevantes

El mundo audiovisual y las historietas entre colegas cuentan que son ellas las que piensan permanentemente en la relación. A este comportamiento va ligado ese momento crucial que tiene lugar en muchas relaciones y que empieza con una frase, siempre atribuida a las mujeres: ¿hacia dónde va esto? Si ellos tienen dudas y se sienten inseguros, bien porque estén incómodos, bien porque necesiten dar el siguiente paso, ¿por qué no pueden hacer la misma pregunta? Deben hacerlo si es lo que realmente quieren.

Utilizar el cerebro de vez en cuando es positivo, sobre todo si la persona de tu vida depende de su uso. Los hombres están catalogados como sujetos simples o displicentes que nunca reparan en asuntos trascendentales. Sin embargo, hay hombres que sí visitan esas tierras pobladas de reflexión, donde crecen preguntas y se constata su inteligencia. Tras lidiar con esos pensamientos, mostrar los sentimientos parece el siguiente paso. Los géneros no tienen nada que ver. Pensar y abrirse es propio de las personas interesantes y enriquecidas, no solo de las mujeres. Todos deberíamos poner en práctica esto, sin atender a las ridículas normas del pasado.

guardarPatricia with love
Foto: Patricia with love

Escuchar

La capacidad para escuchar también es una virtud atribuida a las mujeres. Hace tiempo, los hombres que escuchaban, más sensibles que los Clint Eastwood de turno, eran considerados muy femeninos. Aunque esta afirmación afianzaba a los hombres dentro de su género, en realidad les hacía un flaco favor. Ignorar a las mujeres era propio de “tíos enrollados”, pero ese comportamiento solo minaba su inteligencia. Una persona que no escucha, que no presta atención, es una persona vacía, sin recursos para comprender ni para aconsejar.

Ellos también deberían ser sus confidentes para acabar con los círculos exclusivos de hombres y mujeres: mientras ellas solucionan sus problemas, ellos juegan al póker o ven el fútbol. Estas reuniones son estereotipos que, por desgracia, se dan habitualmente en la sociedad. La vida no es Sexo en Nueva YorkBasta ya.

guardarEztiphoto
Foto: Eztiphoto

No nos cansaremos de repetirlo: ¡buscad el equilibrio entre sexos! Es la única forma de acabar con el machismo y el sexismo. Cuando dejen de unirse comportamientos y géneros, la sociedad evolucionará consecuentemente.

Para afianzar estas teorías y probar que las cosas están cambiando, ojo a los pensamientos secretos del novio en todas las etapas de una boda.

Selecciona a los proveedores que quieres contactar

Alvaro Sancha Fotógrafos bodas
Eztiphoto Fotógrafos bodas
Daniel Márquez Fotógrafos bodas
Wonderful Days by Carla Aymat Fotógrafos bodas
Patricia with Love Fotógrafos bodas
Marie Marí Fotógrafos bodas
Publicidad

¿No te quieres perder las últimas novedades para tu boda?

Suscríbete a nuestra newsletter

Escribir un comentario

Lista de bodas Zankyou ¡Recibe el 100% de tus regalos en cash!