De una boda sale otra: el gran día de Adriana y Juan Luis
Dicen que de una boda sale otra y en el caso de Adriana y Juan Luis, el dicho se hizo realidad. Seis años después de conocerse en la boda de unos amigos, ellos celebraran su propio enlace, lleno de detalles. ¡Te lo contamos en este post!
Dicen que de una boda sale otra y en el caso de Adriana y Juan Luis, este dicho no pudo ser más cierto. Cuando se encontraron por primera vez en la boda de unos amigos un 12 de julio, no podían imaginar que 6 años después, el mismo 12 de julio sería la fecha elegida para su propio enlace, un precioso día fotografiado por Tatiana Castañón, de Di patata fotografía.
La suya fue una historia marcada por las dificultades de la distancia: “Tardamos un año en decidirnos a empezar una relación, tras muchas llamadas y correos, alguna visita a nuestras respectivas ciudades ya que él vivía en Madrid, y yo vivía entonces en Valladolid”, recuerda Adriana. Sin embargo, tras muchos viajes juntos, Juan Luis lo tuvo claro y pidió a Adriana que fuera su esposa. “Lo hizo en el sofá de casa, sin mucho teatro y , para mi sorpresa, y 6 meses después volvió a arrodillarse en Nueva York para regalarme mi precioso anillo de pedida”.
A partir de ese momento, ambos empezaron a planear una boda llena de momentos inolvidables para la que Adriana tuvo muy claro desde el primer momento cómo sería su vestido. “Tenía claro que la diseñadora sería Covadonga Plaza porque hacer un vestido con ella es un regalo”, explica Adriana. “Es un genio. Te deja decir qué te gusta, que ideas tienes, jugar con volúmenes, telas, complementos, y evalúa la cara de la madre de la novia y de sus acompañantes para después convertir todas esas sensaciones en un vestido”. El que crearon para Adriana, “maravilloso”, fue un modelo de manga larga y escote en la espalda, ligero pese a los tres metros de cola y elaborado en crepe de seda, organza y gasa.
Como joyas para el gran día, Adriana apostó por una pulsera de brillantes (el algo prestado de su suegra), unos pendientes antiguos que habían pertenecido a su abuela, quien también los lució el día de su boda y su anillo de pedida. Tampoco dejo de lado los zapatos, unas unas sandalias en piel brocada, plateadas, con plataforma y tira al tobillo, muy cómodas a pesar de los 11,5 cm de tacón, que compró en El tocador de la novia. El ramo, compuesto por hortensias de tipo bebé, era de Pando Floristas.
Y como ninguna novia está completamente arreglada sin una buena peluquería y maquillaje, Adriana confió para el día más importante de su vida en Peluquería Antonio y en Elena, de Essencia, que se encargó del maquillaje en tonos neutros. Ambos se desplazaron hasta el Hotel La Reconquista, lugar elegido por Adriana para vestirse y para hacerse sus primeras fotos.
Juan Luis, por su parte, apostó por el clásico chaqué para el día más importante de su vida. Ataviado con él llegó a la Catedral de Oviedo, el lugar elegido para la ceremonia religiosa, del brazo de su madre. La llegada de la novia y su entrada fueron dos de los momentos más emocionantes del día y quedaron reflejados por las cámaras de Tatiana Castañón quién tampoco se olvidó de captar la salida de los novios ya convertidos en marido y mujer.
Para el convite y la fiesta posterior, Adriana y Juan Luis optaron por el Palacio de Valdesoto, donde los novios se hicieron también sus primeras fotos como marido y mujer.
Y como no podía ser de otro modo en una boda preparada con tanto cariño, con la ayuda de Paula, la encargada de la finca, los novios crearon mil detalles de decoración que dieron un toque de magia a un lugar que, como explica la novia, “ya de por sí posee un encanto especial”. El cátering del Real Balneario de Salinas se encargó de la cena y la recena, de la que sus invitados no dejaron ni rastro. “Es una garantía de éxito tenerlos en tu boda y no decepcionaron”, cuenta Adriana.
Finalmente, la cena dio paso al baile de los novios, un vals para el que ambos habían estado preparándose y este a la fiesta, en la que Adriana y Juan Luis disfrutaron con sus amigos hasta altas horas de la madrugada.
¡Enhorabuena a la pareja y muchas gracias por compartir con nosotros vuestro gran día!
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