Tu nombre será el más especial para mí... La boda de Sara y Miki
Aunque en uno de sus primeros encuentros Miki no se acordaba del nombre de Sara, el destino quiso que se convirtiera en la mujer de su vida... ¡No te pierdas su historia!
La de Sara y Miki es la historia de la insistencia de los amigos comunes. Se conocieron a través de ellos y quedaron en grupo varias veces. El día del cumpleaños de Sara, en su fiesta, ella comprobó que él no se acordaba de su nombre, pero decidió darle otra oportunidad. En su primera cita, pese a la lluvia “salto la chispa” y desde entonces “nunca más nos separamos”, cuenta la novia.
Los novios
Después de 6 años como pareja y 5 viviendo juntos, Miki decidió por fin armarse de valor y hacer la gran pregunta. Tras una cena romántica, en una céntrica plaza de Barcelona, Miki se arrodillo y entregó a Sara varias tarjetas con números en ellas: “Eran los días, horas, minutos y segundos que llevábamos juntos y que, según dijo llevaba siendo el hombre más feliz del mundo”, recuerda Sara. “Por supuesto le dije que sí”. Empezaron entonces los preparativos de una boda retratada por las cámaras de Pixel Moreno.
Para su gran día, Sara confió en un vestido de Yolan Cris que, sin embargo, con la ayuda de La Moda Nuvies, personalizó para hacerlo completamente suyo. “Era exactamente como yo quería: espalda totalmente descubierta, tirante fino, poco volumen, bastante cola y bordados en el cuerpo. Las distintas capas de blondas diferentes que tenía el vestido en la falda le daban un aire muy boho y romántico pero muy sencillo”, explica la novia.
Como joyas sus alianzas, totalmente personalizadas para cada uno de ellos y adquiridas en Boheme Joyas. Por supuesto, tampoco se olvidó de su anillo de compromiso, una pulsera de Tiffany and Co., préstamo de su madre y unos pendientes a juego con la alianza de boda.
Los zapatos, unas sandalias de LODI en color blanco roto y estilo peetoe las adquirió en El Tocador de la Novia y adornó su pelo con una cinta plateada a modo de corona que compró en Lito y Lola y que adornó con flores. El ramo, un regalo de los padrinos, lo diseñaron en Iris Floristeries y estaba compuesto de dalias anaranjadas y de rosas inglesas blancas y anaranjadas. Para el maquillaje y la peluquería confió en Lola y Angie de Lola Perruquers (Mataró). “Consiguieron el estilo boho chic y muy natural que quería con un recogido bajo que luego me deshice para el baile dejándolo suelto”, recuerda Sara.
Por su parte, Miki optó por un traje de media levita negro que complementó con un chaleco en gris metalizado y una corbata de tipo pañuelo en negro con motivos en gris. Unos gemelos prestados por su padrino y el reloj de su abuelo completaban su look.
La ceremonia
La ceremonia y la posterior celebración tuvieron lugar en Mas Pujol, una antigua masía del siglo XVII restaurada y catalogada como patrimonio histórico y cultural. En sus jardines tuvo lugar la ceremonia, en la que participaron varios amigos y familiares de los novios. “El mejor amigo de Miki tocó y cantó en directo: Here comes the sun (Beatles) para la entrada de Miki y Ho hey (Lumineers) para la mía. No pudo ser más bonita y emotiva”, explica la novia.
Tras el sí quiero , y no sin antes sufrir la tradicional lluvia de arroz, los novios se marcharon junto a los profesionales de Pixel Moreno para hacerse sus primeras fotos como mariodo y mujer. “Después de mucho buscar, encontramos en ellos el estilo que nos gustaba. “, cuenta Sara.
El banquete
Y mientras tanto, los invitados iban descubriendo los detalles de decoración que los novios habían preparado con la ayuda del Grupo 21 de marzo, responsables también del cátering y de organizar el evento en la Masía. Las guirnaldas de luz que colgaron sobre las mesas para conseguir el efecto de una verbena de verano para la cena (totalmente exterior) fue uno de los detalles que más gustaron a los novios. Tampoco faltaron las velas y los libros para decorar las mesas, un seating de estilo vintage en una ventana antigua, ni una original propuesta de cena, estilo gastrobar, en la que los invitados escogían aquello que querían comer. “Había una cocina en directo con un menú de 5 platos en el que los invitados se podían levantar y pedir en la “barra” o esperar a que lo trajeran los camareros. Esto permitió cenar “a la carta” y que cada uno pidiera aquello que quisiera o probara todos los platos. Queríamos algo distinto, desenfadado y en el que se pudiera interactuar, nada rígido. Y por supuesto ¡que estuviera delicioso! Funcionó a la perfección con lo que queríamos conseguir”, explica Sara.
Baile de los novios
Y finalmente, llegó el momento del baile de los novios, con la canción Crazy de Aerosmith como elegida para dar paso a una fiesta que se prolongó hasta altas horas de la madrugada, con un photocall incluido del que salieron algunas de las fotos más especiales y divertidas del día.
¡Enhorabuena a los dos y gracias por compartir vuestra boda con nosotros!
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