La de Beatriz y Alfonso fue una boda diferente, llena de detalles. Una de esas bodas que crees que solo puedes ver en las películas o en las series, pero en las de época, porque el enlace de Beatriz y Alfonso bien podría haber sido el de los protagonistas de “El Gran Gatsby” o “Dowtown Abbey” por su marcado estilo años 20.
Para Beatriz, la organización de su boda era un sueño y no quería perderse ningún instante. Lo primero que hizo fue escoger lo que sería más importante de cara al recuerdo: los fotógrafos. El equipo de d-photo.es fue el elegido para inmortalizar el día más feliz de sus vidas y consiguió que Alfonso se sintiese a gusto y relajado ante la cámara, algo que para Beatriz era muy importante.
Tras decidir que su boda tuviese un marcado estilo vintage, la elección del vestido fue fácil para Beatriz: un precioso modelo de La Tua Pelle que diseñaron especialmente para ella inspirándose en sus ideas sobre cómo debía ser su traje de novia.
El resultado fue un espectacular vestido inspirado en la época de Poiret, de corte ablusonado, con cuello a la caja, en georgette y muselina de seda y con una capelina de encaje. Un vestido con el que Beatriz pudo sentirse ella misma en todo momento.
Por supuesto, para un look de novia tan definido, los complementos no podían dejarse al azar. Los zapatos de hebilla y estilo años 20 fueron diseñados por IOLI en tonos grisáceos y rosas y como joyas, Beatriz lució su anillo de compromiso y unos pendientes de diamantes estilo art decó que le regaló su suegra. El ramo, encargado en la Floristeria Palmero estaba elaborado en tonos crudos y rosados y tenía un marcado estilo vintage.
En ausencia de velo, la novia se tomó muy en serio la “tarea” de encontrar el tocado adecuado: una preciosa diadema de Le Touquet con adorno a modo de pequeñas flores superpuestas que , junto al maquillaje natural y la peluquería de Marta Gómez, daba a Beatriz el aspecto de una feliz novia de principios de siglo.
La boda se celebró en Burgos, la ciudad de los novios y en ella tuvieron un papel destacado los sobrinos de Beatriz, que la acompañaron al altar vestidos de Teresa y Leticia.
Acabada la ceremonia, los novios y sus invitados se dirigieron al Hotel Landa, donde disfrutaron del cóctel junto a sus invitados en un escenario muy original: la piscina gótica del hotel con música de jazz, soul y bossa nova de fondo.
Antes de empezar la cena, Beatriz y Alfonso dedicaron unas palabras a sus amigos y familiares que, además se encontraron en sus sitios con un sobre que guardaba un agradecimiento personalizado para cada uno de ellos. Un detalle muy especial que después les devolvieron escribiendo sus mejores deseos para los novios en unas mariposas de papel preparadas para ello que luego introdujeron en una jaula vintage.
Acabado el convite todos se trasladaron a la zona de la piscina, decorada cuidadosamente con velas y candelabros, y un espacio chill out iluminado por unas bolas inmensas repletas de lucecillas y unas hogueras en la parte exterior.
Los acordes de “For me formidable “de Charles Aznavour, una canción con un significado especial para Alfonso y Beatriz, abrieron su primer baile de casados que continuó con “The way you look tonight” “de Sinatra. A partir de ahí, la diversión y la magia inundaron la fiesta.
Y es que todo ese cariño y ese cuidado por los detalles que Beatriz y Alfonso tuvieron a la hora de preparar tu enlace dieron como resultado una boda mágica que ni ellos ni sus invitados olvidarán jamás. Una verdadera boda de película que nos hace pensar de nuevo que la realidad es muchas veces, incluso mejor que la ficción.
Si te ha gustado esta boda, no te pierdas esta otra real wedding en la que no faltó detalle ni esta otra en la que la novia apostó por un vestido arriesgado y con historia.
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