Las invitaciones de una boda forman parte de las partidas TOP de la misma. Porque, aunque aparentemente sencillas, su valor es vital para convocar a toda tu plantilla de invitados. Y no es para menos: en ellas se especifican todos los detalles del acontecimiento, pero también se echa un primer vistazo al tono de la boda.
Si quieres saber cómo elegir las invitaciones para tu boda, muy atenta a estos 5 pasos clave.
5. Tener en cuenta los consejos de los profesionales
1. Determinar el estilo
La invitación es la carta de presentación, es el primer detalle de la boda, el primer vistazo, un reflejo de lo que será la misma y, como consecuencia, una pista para tus invitados, que pueden verse influenciados a la hora de elegir su look. Con la invitación, podrán intuir qué se van a encontrar y empezar a fantasear sobre los detalles que esperan durante el gran día. Así se demuestra la importancia de la invitación y cómo puede afectar al devenir del resto de la velada.
Y los estilos son infinitos, dependiendo de la personalidad de los novios. Para ello, hay muchas empresas que barajan todas las posibles y que intentan adaptar las invitaciones a la boda en general. Con una temática concreta, desde las más clásicas a las más rústicas, los grandes proveedores de invitaciones incluyen las mejores opciones.
Para conseguir unas buenas invitaciones, hay que tener en cuenta varias cosas. En primer lugar, como ya hemos dicho, el estilo de la boda. Y ella viene determinada por la estación del año, que también varía sobremanera la filosofía de la invitación. También es importante el lugar de celebración, a veces más neutro, otras mucho más especial y proclive a servir de inspiración para las invitaciones. Porque, ¿cómo diseñarías una invitación si te casas en la playa? Seguro que la temática marina no falla, al igual que las referencias naturales si lo haces en plena naturaleza. Y, si sigue una temática concreta (campestres, medievales, de ciencia ficción), la invitación alimenta el espíritu que reinará durante todo el acontecimiento. Como decimos, se trata de un aperitivo que vaticina las mieles de los grandes platos que degustarás durante el gran día.
2. Elegir el color
El color es especialmente relevante porque actúa como leitmotiv de las invitaciones. El estilo girará en torno a él, pues muchas veces van asociados a temáticas, situaciones, filosofías de vida o lugares. En este sentido, vuelven a tener especial relevancia las estaciones, donde el color se catapulta como estrella principal de las mismas. Así, en las bodas de otoño predominan el granate, el ocre, el verde bosque y los marrones; en invierno, los blancos, negros, azules y morados; en primavera, verde, turquesa, amarillo limón y blanco; y en verano, el rosa pastel, el lavanda, el bermellón y el verde menta. De cara a unas invitaciones muy influenciadas con el entorno o la estación en general, los colores resultan imprescindibles.
Algunas ambientaciones especiales requieren colores específicos y pueden reflejarse en la naturaleza de la invitación. Por ejemplo, la Navidad, a pesar de todos los atentados cromáticos que ha sufrido a lo largo de la historia, suele ser roja y verde. Aprovecha estos colores si tu boda sigue esta temática, muy relacionada con el invierno.
3. Cuidar la apariencia
Es importante que la invitación de boda tenga una correcta presentación. No dejes a un lado este detalle y prepara a tus invitados para lo que se van a encontrar en tu gran día. Y recuerda: cada detalle cuenta.
Las estaciones, una vez más, vuelven a influenciar las invitaciones en cuanto a los adornos que decoran su superficie. El otoño y el invierno son más recargados en todos los sentidos y debe reflejarse en la papelería de las bodas enmarcadas en este contexto. Por ello, no sobran los diseños de hojas, diamantes, lazos, copos de nieve, bosques, flores de temporada como la acacia, la camelia o la hortensia, o la decoración con frutos secos. La primavera y el verano, en contraposición, se quitan el peso de la ornamentación excesiva y motivan las invitaciones más frescas y ligeras, sin saturación. Por ello, destacan las temáticas marítimas, las referencias a la naturaleza (sobre todo las flores) y los motivos que representan alegría, frescor y relax.
Pero, evidentemente, las estaciones no son una condición para desarrollar los diseños de las invitaciones. Hay muchas bodas temáticas que triunfan y que tienen que ver con pasiones, hobbies, momentos y lugares que representan algo especial para los novios. También una filosofía de vida, como el concepto vintage, campestre o clásico.
En este apartado también cuenta el sobre, un elemento desdeñado pero vital para reforzar el concepto de la invitación. Es como el envoltorio del regalo, un detalle repleto de intriga que prepara para la sorpresa de la invitación. Es obligatorio cuidar este detalle si quieres cumplir con la expectativa completa de la invitación, así que entrega una pincelada de la misma al sobre para que, como una pista hacia el tesoro, el portador del mensaje empiece a desentrañar el secreto. Utiliza pequeños motivos, colores y aperitivos sobre la temática de la invitación y de la boda.
4. Imprimir un toque personal
La personalización es muy importante en esta partida para conseguir unas invitaciones de boda originales. No hablamos de un estilo que defina la invitación, sino un detalle único de la pareja que tenga que ver con su personalidad, con su forma de vida.
Para ello, las fotografías suelen ser los elementos más escogidos, pero también destacan los mensajes personalizados de la pareja que se alejan del protocolo. Con ese chispazo, la invitación se personaliza al instante y acaba resultando única.
Las bodas temáticas (o invitaciones temáticas) son un escenario perfecto para dar ese toque. Un ejemplo son las invitaciones que guardan fórmulas matemáticas, mapas, adivinanzas, referencias a los novios… Cualquier referencia al mundo personal de cada pareja es útil.
En este sentido, también cabe hablar del Do It Yourself (DIY) para confeccionar la invitación. Con este estilo tan personal, hablamos de una boda mucho más ecológica y creativa, con el sello inconfundible de esos novios que buscan cambiar el mundo.
5. Tener en cuenta los consejos de los profesionales
Los profesionales no tienen la verdad absoluta, pero sí mucha experiencia y un estudio del sector muy amplio. A partir de aquí, se puede decir que saben más de bodas que los propios novios, por lo que nunca está de más seguir algunos de los consejos.
Estos proveedores te ayudarán a estructurar las ideas y a frenar el ímpetu que seguramente te ha invadido al pensar en todas las opciones. Ellos saben mejor que nadie qué pega con que qué, que desentona con qué, por qué una temática es mejor para una estación que para otra, por qué un tipo de papel es mejor en combinación con un tipo de color que con otro… Evidentemente, tú mandas y la última decisión es tuya, pero no está de más escuchar lo que tienen que decir aquellos que han trabajado el tema hasta la extenuación.
No te pierdas este vídeo con los consejos más prácticos para escribir las invitaciones de boda:
Compra productos como estos y más en la Shop de Zankyou
¿No te quieres perder las últimas novedades para tu boda?
Suscríbete a nuestra newsletter
Escribir un comentario