Cada pareja tiene una forma de ver la vida y esta suele determinar todas las decisiones vitales importantes. Tener hijos es una de ellas y depende mucho del momento (¿antes o después del matrimonio?), el tiempo de la relación o la edad de los implicados. Por ello, vamos a aconsejarte de una manera general, sin tener en cuenta tu edad o tu estilo de vida, además de contarte otras cosas importantes que debes tener en cuenta. Todo ello a través de afirmaciones o preguntas que suelen invadir tu mente sobre el tema.
“Mi madre a mi edad ya tenía dos hijos…”
Eran otros tiempos, y esto que acabamos de decir no es una frase tópica, es la verdad. Actualmente, vivimos una inestabilidad económica desde hace años que, desgraciadamente, ha retrasado la estabilidad de los jóvenes. Estos han tenido que sufrir la precariedad laboral y la subida de las viviendas, dejando para más tarde la vida familiar propia. Además, el número de universitarias y trabajadoras ha aumentado respecto a la época de nuestros padres, por lo que el concepto de madre joven ha descendido. A ello hay que añadirle un nuevo concepto de vida construido con el ajetreo de la rutina, la importancia del trabajo y la necesidad de disfrutar de cada momento para desconectar del día a día. Los niños, por tanto, llegan más tarde.
“Se me va a pasar el arroz”
Esta frase que encabeza el epígrafe es tremendamente machista, para empezar, y la dicen tanto hombres como mujeres. A las mujeres no les pasa nada por no tener hijos, porque no necesitan ni un marido ni hijos para llevar una vida plena. Pero en materia biológica, es importante saber que las posibilidades de tener hijos a los 40 existen y que se han dado multitud de casos, por lo que no hablamos de ciencia ficción. A los 20 años las posibilidades son del 25% en período de ovulación, bajando a un 15% cerca de los 30, a un 8% sobre los 35 y a cerca de un 3% cuando se superan los 38 años.
“Quiero que me hijo tenga unos padres, no unos abuelos”
Siempre ha existido el temor de ser demasiado mayor cuando los hijos todavía son muy pequeños. Ya sabes, una madre o un padre con el que jugar sin la necesidad de acabar en la UVI. Pero los 30 y los 40 de antes no tienen nada que ver con los de ahora, y los miembros de estas décadas parecen los hijos de las personas que tenían esa edad hace años (echa un vistazo a alguna foto de tus abuelos -incluso de tus padres- y lo entenderás). El espíritu, el estilo, las ambiciones… Todo sirve para mejorar por dentro y por fuera, además de los avances tecnológicos y algunas formas de ocio mucho más sanas, los cuales han aumentado la esperanza de vida. Por ello, tener un hijo a los 35-40 no es un disparate, ni siquiera egoísta, pues podrá disfrutar de sus padres como si estos fueran dos chavales.
“No sé si esperar unos años o hacerlo ya”
Biológicamente, la edad perfecta es entre los 20 y los 25, pero esta decisión va mucho más allá de la ciencia. Digamos que depende de la persona, de la pareja y del momento que se esté viviendo. Si no te importa superar etapas vitales rápido y unir tu adolescencia con tu vida en familia, lo ideal es que tengas tu primer hijo alrededor de los 25 años, cuando ya hayas terminado la universidad (si has ido) o si cuentas con un trabajo que te permita ser estable (si no es así, sería muy arriesgado dar el paso). Si, por le contrario, consideras que la veintena está para disfrutar con tu pareja y con amigos, viajando y viviendo experiencias, espérate un poco y prueba suerte en la treintena (recuerda, esta va desde los 30 hasta los 39 años).
Cada persona debe dejarse llevar por sus inquietudes, pero nunca atender a las presiones sociales. Un hijo no es un capricho y debe llegar en el momento adecuado. ¡Descubre cuál es el tuyo y disfruta formando tu nueva familia!
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