El feminismo, una necesidad; el feminismo, una obviedad

Esta semana hablamos del feminismo. Disfrazado como tabú, este movimiento es el mejor instrumento que tenemos para conseguir la igualdad de géneros.

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Todavía hay ignorantes que consideran que el feminismo defiende la supremacía de la mujer sobre el hombre. Ese desconocimiento ha sido el causante de la creación de un tabú que no tiene ni pies ni cabeza. Solo para aclarar, el feminismo no es otra cosa que la igualdad de géneros, el equilibrio inherente a una sociedad lógica. Aunque se le quiere colocar como el polo opuesto del machismo, este concepto no está relacionado con ningún aspecto negativo, sino con algo positivo, algo que, en realidad, debería darse por hecho sin la necesidad de existir.

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Emma Watson. Foto: Cordon Press.
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Los movimientos feministas no surgieron por amor al arte, sino por la necesidad de eliminar un panorama social injusto. De hecho, su existencia ha sido una consecuencia de la sociedad patriarcal que se implantó hace siglos. Igual que surgió un movimiento abolicionista para suprimir la esclavitud en Estados Unidos, las mujeres (y algunos hombres) consideraron oportuno reclamar sus derechos ante la injusticia. No fue un acto de rebeldía, fue una señal de progreso obligada. Si el hombre, gracias a la fuerza, no hubiera decidido tener un papel dominante, relegando a la mujer a un segundo plano, el movimiento no habría sido necesario.

Sin embargo, hombres y mujeres ajenos al problema (ya lo habían asumido como normal) consideraron indecoroso un movimiento que estalló por la propia inercia de la vida. Pero la naturaleza no decidió colocar al hombre por encima de la mujer; fue el hombre el que asumió un papel que no le correspondía, con la consiguiente violación de los valores del ser humano, donde hombres y mujeres son iguales.

Hoy en día, las cosas han cambiado, pero todavía queda mucho por hacer. Las mujeres, con su lucha y valor, han conseguido abrirse paso y arañar derechos que les habían robado. Estos les las han colocado en la posición de cuasiigualdad en la que se encuentran hoy. Sin embargo, ese prefijo es la lacra que todavía debemos sacudirnos como sociedad moderna.

El feminismo es la lucha contra el machismo. El machismo engloba una serie de problemas relacionados con la minusvaloración de las mujeres en todos los ámbitos. Así es como muchos hombres han sexualizado a las mujeres hasta el extremo; así es como muchos hombres han despreciado el papel de la mujer durante siglos, llegando a una normalidad enfermiza que ha contagiado también a las propias mujeres. Muchas de ellas han aceptado el papel que el hombre les había preparado y asumen una manera de existir condicionada por sus propios designios, hoy en día convertidos en estereotipos (y no solo el de las tareas del hogar).

Todo comenzó con el sexismo implantado desde la niñez, con la adjudicación de colores, juguetes, ropa y conductas. En ese preciso instante se empieza a construir a la mujer delicada y dependiente, a la princesita; en ese momento también se forja al hombre fuerte que busca triunfar. Ahí empieza la diferenciación y la discriminación, sobre todo de mujeres, pero también de algunos hombres a los que se cuestiona su virilidad. Emma Watson, actriz, referente del movimiento feminista en los últimos años y miembro del movimiento HeForShe, ya lo explicó en la misma ONU:

El objetivo del machismo ha sido siempre la identificación de la mujer como el sexo débil. Este concepto se ha instalado tanto en la sociedad que se han adoptado comportamientos machistas como normales, con la correspondiente dependencia que se ha colocado como correcta, como recurrente. Por eso confundimos machismo con educación: abrir la puerta a las mujeres, dejarles pasar primero, comprarles regalos para tapar errores… Así es como se consigue equiparar la debilidad con su fisonomía o mentalidad, adjudicar la inestabilidad emocional con su sexo, utilizar su menstruación como arma contra ellas, juzgarlas por su capacidad/incapacidad para tener hijos, cultivar una obsesión por su imagen…

¿Por qué es necesario el feminismo? Porque es una obviedad. La persecución de la igualdad es una necesidad que conformaría una sociedad más justa y equilibrada, donde nadie sobresaldría por asuntos de género. Así es como se llegaría a la justicia en materia de sueldos, posiciones en las empresas u oportunidades para progresar laboralmente. Así es como se acabaría con la violencia doméstica, con los chistes discriminatorios y con los clichés. Así es como, de una vez por todas, podremos conseguir la verdadera normalidad, la única que debería tener lugar.

¿Y a ti? ¿Te da vergüenza o miedo decir que eres feminista? ¿Crees que es algo malo? El feminismo nos representa a todos viviendo como iguales. ¿Qué hay de negativo en eso?

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