Todo comenzó con la pedida de mano que tuvo lugar en Marrakech, toda una sorpresa para Raquel que no se lo esperaba. Víctor, junto a la hermana de la novia y el cuñado, idearon un plan maravilloso para que el escenario fuera inolvidable. En medio del Hotel La Mamounia, sus emblemáticos jardines y las preciosas fuentes que adornaban la estancia, Víctor le pregunto con la música árabe de fondo ambientando el momento “¿quieres casarte conmigo?“. Por supuesto, Raquel no dudó ni un instante, y pronto comenzaron con la organización de la boda.
Los novios
Raquel escogió un vestido de novia de Intropia, un modelo con un toque retro, al que le añadió un tocado de Puntulina y joyas de Bhldn. Llegado el momento de la fiesta, se cambió de vestido y se enfundó en un diseño de pedrería con un toque años 20 de Pedro del Hierro y zapatos de Zara.
En cuanto al maquillaje, Sabina Marsa apostó por la naturalidad de la novia con un ahumado en los ojos y labios nude. Del peinado se encargó Corto y Cambio, que le hizo un peinado con ondas y un recogido desenfadado para el segundo look.
Para el ramo, la novia quería una composición silvestre protagonizada por la rosa, que completó con limonium y eucalipto. ¡Precioso!
La celebración
Para celebrar el gran día eligieron la Finca El Tomillar, de la que se enamoraron “a primera vista”, cuentan. “Buscábamos un estilo retro con toques industriales, y su invernadero nos pareció el lugar ideal”, explican los novios. La decoración les hacía sentir como en casa y sabían que ese punto de confianza era el más importante. Cortés de Moraga se encargó del catering y de la decoración de la ceremonia que, debido a la lluvia, se realizó en The Club. Todos los invitados disfrutaron de exquisitas delicias a prueba de los paladares más exigentes.
El coche de los novios era un modelo retro de Chic Cars, que seguía la misma línea que habían decidido para toda la decoración de la boda y la temática del gran día. La decoración en papel estuvo a cargo de Invitatium, tanto el branding de la ceremonia, como las invitaciones, el seating plan, las minutas y los regalos para los invitados, unas libretas de papel craft con el logo de la boda y una cita de la película El curioso caso de Benjamin Button.
Baile de los novios
En cuanto a la música que sonó en los diferentes momentos de la boda, los novios propusieron temas de los años 50 y 60, y el baile nupcial se abrió con Strangers in the night, de Frank Sinatra.
La maravillosa boda fue retratada por Pedro Pasquín, que supo captar la esencia de cada momento y plasmarla en fotografías naturales y que cuentan una historia, la del gran día de Raquel y Víctor. ¡Enhorabuena pareja!
Vestido: Intropia y Pedro del Hierro | Fotógrafo: Pedro Pasquín | Decoración en papel y cartelería: Invitatium | Tocado: Puntulina Tocados | Joyas: BHLDN | Coche: Chic Cars | Catering: Cortés de Moraga | Finca: El Tomillar | Peinado: Corto y Cambio | Maquillaje: Sabina Marsa
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