Esta historia comienza en Burgos, lugar donde se conocieron nuestros protagonistas de hoy: Verónica y Carlos. Ella vivía en un edificio donde al poco tiempo instalaron una oficina y Carlos empezó a trabajar allí. Fue pasando el tiempo y después de varias semanas y algunos meses intentando quedar con ella, tuvieron una cita y surgió el amor.
Esta vez los papeles para la pedida de mano se intercambiaron y fue ella la que se le declaró leyéndole lo que podrían ser los votos de la boda, con unos originales y riquísimos anillos de regaliz. Carlos aceptó y en ese mismo momento le confesó que se le había adelantado. Así que el 14 de febrero preparó una cena romántica en casa con la habitación repleta de luces y fotos suyas. Se dieron los regalos de San Valentín y en el momento menos inesperado, él se arrodilló, sacó un anillo y le pidió que se casara con él y le hiciera el hombre más feliz de la tierra.
Los novios
Verónica, para esa ocasión tan especial, se enfundó en un vestido largo y ligero de crep con motivos florales bordados en guipur en color marfil de la prestigiosa diseñadora, Rosa Clará. Un diseño que combinó con unas cómodas alpargatas, debido al terreno pedregoso del Hotel, y un sencillo ramo silvestre de lavanda elaborado por la Floristería El Edén.
Para el peinado confió en Alba Peinado Make Up, quien le elaboró un elegante y romántico semirecogido ladeado que adornó con un discreto tocado en la coronilla.
Carlos, su media naranja, le esperaba emocionado en medio del bosque vestido con un traje de chaqueta de color azul de la firma Kirov, ubicada en Burgos.
Ceremonia y banquete
La boda de Verónica y Carlos se ofició el 30 de junio de 2018 con una ceremonia civil al aire libre en el Hotel Rural Alto Rey, Guadalajara. Una velada mágica y romántica que vivieron todos sus invitados en plena naturaleza, ya que el hotel ofrece un paisaje muy frondoso y variado donde se van alternando zonas llanas y preciosas praderas. Sin duda, un enclave privilegiado para celebrar una boda de ensueño como la que tuvieron Verónica y Carlos.
El escenario apenas requería decoración alguna por sus espectaculares vistas, de ahí que se inclinaran a poner únicamente paniculata blanca y morada, y lilium blancos de la Floristería El Edén.
Allí pudieron degustar los platos elaborados del Hotel Rural Alto Rey y hubo narices solidarias de payaso de la Fundación Theodora para todos los asistentes.
Baile de los novios
Para el baile nupcial escogieron toda una declaración de amor, No puedo vivir sin ti de Coque Malla, tocada por Música Levisa, un grupo musical que estuvo ambientando el cóctel y tocando durante toda la fiesta. Un momento mágico que hizo que se deteniera el tiempo y estuvieran solamente ellos dos.
Bailar Descalzos fue el equipo fotográfico que se encargó de narrar la boda de Verónica y Carlos en maravillosas imágenes y lo hicieron con mucho arte, talento, estilo y personalidad. Una decisión que tuvieron muy clara los novios desde el principio, ya que querían apostar por una fotografía diferente y especial, esa que les hiciera recordar cada momento vivido y cada emoción sentida. Los reportajes de Bailar Descalzos destacan por su estilo natural y atrevido, y su principal objetivo a la hora de trabajar es captar esos momentos únicos que surgen espontáneamente y que hablan verdaderamente de los novios. Verónica y Carlos, no os equivocasteis al elegirlos. Las fotos de vuestra boda reflejan de forma auténtica todo lo que vivisteis ese día. ¡Enhorabuena!
Lugar de celebración: Hotel Rural Alto Rey | Vestido de novia: Rosa Clará | Traje de novio: Kirov | Catering: Hotel Rural Alto Rey | Maquillaje y Peinado: Alba Peinado Make Up | Floristería: El Edén | Fotógrafo: Bailar Descalzos | Detalles para invitados: Fundación Theodora
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