Sara y Jack se conocieron en Dublín, ella acababa de llegar para empezar a vivir una nueva aventura y entre Guinness y Guinness se lo encontró bailoteando en un bar. En marzo del pasado año se fueron unos días de vacaciones a Barbados, la ciudad de las joyas por excelencia, y un día en el hotel mientras ella ojeaba una revista de joyería le dejó caer el estilo de anillo que le gustaba… Tenía que ser un anillo sencillo, bonito y discreto, no pedía nada más. Y Jack, obviamente, se hizo el loco desviando el tema para sorprenderla cinco meses después en Valladolid, tierra natal de la novia, con ese mismo anillo del que se enamoró en Barbados. ¡Qué detallazo por su parte! Para que luego digan que es imposible encontrar príncipes azules en pleno siglo XXI…
Eran las fiestas del pueblo y todo ocurrió el último día antes de regresar de nuevo a Dublín. Todos sus amigos fueron testigos de la petición de mano y el padre de Sara también, ya que fue el primero de todos en saberlo. La emoción se apoderó de la novia y ésta empezó a llorar en cuanto vio a Jack de rodillas en el suelo. Solo de imaginarnos la escena, se nos ponen los pelos de punta. ¡Qué romántico!
Los novios
El vestido de novia era de Yolan Cris adquirido en Azahar Novias, un modelo que destaca por su estilo boho, pero Sara le dio su toque personal y le modificó el cuello. Fiel a su estilo, lució el pelo en tonos azules y dejó al descubierto sus tatuajes.
Respecto a las joyas, llevó su anillo de pedida incrustado en el anillo de la boda y lo encargó en Únicas, una tienda de Valladolid que recomienda por su calidad-precio. También reutilizó unos anillos que le regaló su abuela fundiéndolos y creando unos nuevos para ellos. Y el otro brazo podemos verlo repleto de anillos, pulseras y brazalete al más puro estilo hippie.
Los zapatos fueron unas alpargatas del mismo estilo con el encaje del vestido firmadas por Ernesto Terron.
De todas las flores del evento se encargó Elisabet Arte Floral, una floristería de Valladolid. El ramo de novia era de estilo silvestre y las damas de honor llevaron una réplica de éste pero en versión mini.
Para completar su peinado, Sara apostó por una corona de paniculata combinadas con otras flores de estilo silvestre en tonos azules y morados. Y el novio y los cuatro padrinos de la ceremonia lucieron un prendido con una mini rosa azul.
Para el maquillaje y peinado no le hizo falta mucho, ya que ella misma ejerce ese trabajo y tiene muchas amigas que se dedican también a lo mismo. Sara fue la responsable de peinar a su madre, y una de sus damas de honor, Kathia Ehlert, fue la encargada de maquillarlas a ellas y a sus amigas. De los peinados se encargó Denise Phillips, una estupenda peluquería que acertó de pleno.
El traje del novio era de Emilio Yuste y solo hay que ver que le quedaba como un guante. Consistía en un esmoquin de color azul con solapa, pajarita y fajín negro. Los zapatos fueron de charol y se los compró en Kildare Village, una tienda de Irlanda. Un detalle que queremos destacar son los gemelos con diseño submarino de los Beatles de Eva Cubero, quien además se encargó de todo el diseño gráfico de la celebración.
Ceremonia y banquete
El gran día de Sara y Jack fue el 2 de septiembre de 2016 y celebraron tanto la ceremonia como el banquete en la Dehesa de los Canónigos. Todo se celebró al aire libre al son de música irlandesa.
Les casó un amigo suyo e hicieron la ceremonia de la arena que consiste en dar un toque simbólico y de color a tu boda. Y, en este caso, los novios escogieron el color azul.
La finca estaba repleta de flores, todas ellas seleccionadas por la novia. Y para el banquete contrataron al Catering los Zagales, uno de los mejores sin duda.
Una boda en la que no faltó detalle alguno, si no que se lo digan a todos los invitados que recibieron miles de detalles y regalos durante toda la celebración, entre ellos la mesa con agua y limonada que prepararon para recibir a los invitados antes de la ceremonia.
Al casarse en una bodega, todo giró en torno a esta temática y había botellas de vino por todas partes. Cada botella con el título de una canción de los Beatles y con la lista de invitados que iban en cada mesa. ¡Una idea super original que nos encanta!
Otros detalles que queremos destacar son los 300 tarros de cristal que decoraron uno a uno con encajes y lazos, el origami del altar, los conos con pétalos, las 200 fotos de amigos colocadas y repartidas por toda la finca y el libro de firmas. ¡Todo ello impresionante, obra de la madre de la novia, Adela, y su pareja, Mariano!
La fotógrafa de la boda no fue otra que Patricia Grande, una auténtica profesional de la fotografía. Los novios quedaron tan satisfechos con el resultado que si se volvieran a casar, confiarían en ella una vez más. ¡Solo hay que ver las increíbles imágenes!
Baile de los novios
Sin duda, el mejor momento del día para los novios. Sara y Jack Contrataron a la banda The Flaming Shakers, que es un tributo a Los Beatles y según percibimos en las imágenes, debió de ser brutal. La canción que bailaron fue la de And I love her.
Sara y Jack recordarán el día de su boda como un día único y mágico. ¡Muchas felicidades por vuestro enlace de parte de todo el equipo de Zankyou! ¡Que seáis muy felices!
Y como sabemos que el color azul es imprescindible en una boda, te invitamos a leer este otro artículo: El “Algo Azul” perfecto que necesita tu boda.
Vestido de novia: Yolan Cris | Traje de novio: Emilio Yuste | Floristería: Elisabet Arte Floral | Catering: Los Zagales | Fotógrafo: Patricia Grande | Maquillador: Katia Ehlert | Diseñadora gráfica: Eva cubero | Decoración: Alibaba | Transporte: Autocares Valbuena | Dj: The Flaming Shakers | Lugar de celebración: Dehesa de los Canónigos
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