Toda la vida juntos en el mismo colegio, pero no fue hasta 2014 cuando en un viaje y paseando por las calles de Roma, Gabriel se le declaró. “Al llegar a la Fontana de Trevi, se arrodilló y me pidió que lo acompañase para el resto de su vida. Fue una noche mágica e inolvidable”, cuenta Claudia.
El 25 de julio de 2015 fue la fecha que la pareja eligió para darse el ¡sí, quiero! y el lugar, la Iglesia de Nuestra Señora de Palma, en Algeciras. Para el gran día, Claudia confió en Pronovias y eligió uno de sus elegantes diseños. Cuenta que se probó varios modelos, pero cuando se puso el suyo, le entró como una especie de escalofrío por todo el cuerpo y se emocionó, “entonces supe, sin lugar a duda, que ése era el mío”, explica la novia.
Los zapatos fueron de Menbur, fue como un amor a primera vista. Como complementos, llevó el anillo de pedida, una pulsera preciosa y los pendientes que lució su cuñada en su boda, algo que le hacía especial ilusión llevar en un día tan importante.
Para el maquillaje y el peinado, Claudia confió en Juan Herrera, de la Peluqueria Juan Luis, un experto que consiguió crear en la novia un look elegante y sofisticado con un maquillaje natural y un recogido bajo con el que estaba guapísima.
El ramo era precioso, las flores del ramo eran gerberas, sus flores favoritas. Claudia tenía claro que toda la decoración estaría basada en estas flores y margaritas. ¡Le encantan!
Por su parte, Gabriel eligió un chaqué de Lebrel azul con el que estaba guapísimo. Llevaba unos gemelos de Loewe, un regalo de su hermana, y un precioso reloj de Armani, obsequio de sus padres. Mientras se vestía, recibió una carta muy bonita que Claudia le escribió la noche anterior en la que plasmó todos los recuerdos vividos hasta ese día tan especial y lo que sentía aquella noche. ¡No se la esperaba, fue toda una sorpresa!
Y llegó el momento de la ceremonia. Fue preciosa: lágrimas, risas y muchos sentimientos. Y tras ella, celebraron un banquete con muchas sorpresas. Fue una boda preciosa y conmovedora con muchos momentos de emoción y diversión.
El banquete se celebró en la Hacienda La Almoguera, junto a familiares y amigos. Los novios siempre podrán recordar todos y cada uno de los momentos vividos gracias Anabel y Javier, profesionales de Javier de Pablo Fotógrafos. Claudia y Gabriel cuentan que “son auténticos profesionales y han sabido plasmar toda la magia que se vivió ese día. Han captado muchos sentimientos”.
Fue una celebración muy personal en la que todos lo pasaron genial. “Nos llevamos un recuerdo mágico e inolvidable de nuestro día”, cuentan los novios. Y al fin y al cabo, eso es lo más importante, que siempre que recordéis el gran día, un conjunto de emociones y sentimientos os invadan, aquellos mismos que sentisteis en esos momentos tan especiales. ¡Felicidades pareja!
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