La encantadora "boda COVID" de Lourdes y Ramón organizada por Entre tonos pastel
El testimonio de una pareja en tiempos de pandemia: descubre cómo fueron los protocolos de la organización de su boda y verás que es posible celebrar el amor, siendo responsable, a pesar de las restricciones.
En este post os venimos a contar cómo las chicas de Entre tonos pastel organizaron la boda de Lourdes y Ramón en plena pandemia COVID, celebrada en septiembre de 2020. Si estáis dudando en casaros porque hay restricciones de por medio, en este artículo veréis que es posible celebrar un día maravilloso junto a los que más os quieren y respetando todas las medidas de seguridad establecidas. Os contaremos qué detalles de la organización tuvieron que adaptarse o cambiarse para seguir todos los protocolos, y cómo lo vivieron los novios en primera persona.
Consiguieron casarse contra todo pronóstico
Lourdes y Ramón tenían claro que iban a casarse en septiembre de 2020 si se lo permitían a pesar de todos los protocolos que hubiera que seguir para celebrar el enlace de manera segura para ellos y para todos sus invitados. Tal y como comentan ellos, “conseguimos casarnos contra todo pronóstico, celebrar nuestra boda con la ‘normalidad’ que nos tocó vivir y la verdad es que fue un día único, inolvidable y lleno de emociones. Después de tantos meses de incertidumbre, ni las restricciones, ni las mascarillas, ni los geles hidroalcohólicos empañaron nada de ese gran día”.
Los últimos meses para ellos fueron muy duros por toda la incertidumbre y restricciones que hacían peligrar la celebración de la boda. “Había días de ilusión y esperanza, y otros donde lo veíamos todo muy negro, pero a pesar de todo, decidimos mantener la fecha por la ilusión que nos hacía y porque el aplazarlo no era garantía de poder celebrar la boda en mejores condiciones”. Así que de este modo, llegó el 12 septiembre de 2020, un día que no iban a olvidar nunca.
Mascarillas, gel y distancia de seguridad
Ambos querían casarse por la iglesia, por lo que la ceremonia religiosa fue el inicio de su enlace. En la entrada de la iglesia las chicas del equipo Entre tonos Pastel, ponían a disposición de los invitados mascarillas, el nuevo complemento de cualquier boda actualmente, y cada vez que un invitado entraba al templo le ponían gel hidroalcohólico para desinfectar las manos nada más entrar. “Una vez dentro, colocábamos a los invitados de manera que en los bancos se cumplieran las distancias de seguridad oportunas y se comprobó que todos llevaran puesta la mascarilla”, comenta Claudia Martín, CEO de Entre tonos pastel.
A pesar de la situación, durante toda la ceremonia se vivieron momentos de pura emoción. No faltaron las palabras de ánimos y positividad a los novios por parte de Claudia antes de que estos entraran a la iglesia. La supuesta barrera de la mascarilla no impidió este momento tan íntimo y cercano que siempre se vive con los novios.
Detalles individuales para los invitados
A la salida de la iglesia, las chicas de Entre tonos, habían preparado conos individuales con pétalos y los fueron repartiendo a los invitados ordenadamente a medida que iban saliendo de la iglesia. Cuando Lourdes y Ramón salieron de la mano ya estando casados, fue un momento muy especial y emocionante porque la única diferencia era que sus invitados llevaban la mascarilla, pero aún así la salida fue triunfal bajo los pétalos, vítores y aplausos de sus familiares y amigos.
Una vez acabada la ceremonia, novios e invitados se dirigieron a la finca, donde el equipo de Entre tonos pastel, les daban la bienvenida de una manera que podríamos decir que pertenece a la “nueva normalidad”: medían la temperatura de todos los invitados y ponían gel hidroalcohólico en las manos de cada uno.
Mamparas para los buffets y mesas separadas
Uno de los puntos en los que hubo que hacer algunos cambios y adaptaciones, fue el momento del aperitivo, entre los cuales destacan el incremento del número de mesas para que los invitados tuvieran la distancia de seguridad requerida y pudieran sentarse, todos los platos y aperitivos los pasaban los camareros y a los famosos y recurrentes buffets se les añadieron mamparas de seguridad.
Seguido del aperitivo, llegó el momento del banquete, marcado por la restricción de que no hubieran más de 10 personas por mesa (ya que en ese momento sí estaba permitido ese número de comensales), los novios tuvieron que hacer algún cambio de distribución para que su puzzle del banquete cuadrara siguiendo las restricciones del momento. Además, las mesas se ubicaron a 1,5 metros de distancia siguiendo los protocolos dictados, y los novios en la medida de lo posible procuraron que pertenecieran al mismo núcleo familiar o de contacto.
Hay que adaptarse y quitar importancia a los cambios
Las chicas de Entre tonos Pastel comentan lo bien que los novios se adaptaron y le quitaron importancia a los cambios que hubo que realizar en la organización. Concretamente, puesto que la distancia social forma parte de la “nueva normalidad” y quizás a los invitados les iba a faltar esa parte más cercana o emotiva por parte de los novios, se les ocurrió poner a cada invitado una frase que lo representara en su sitio en la mesa. A parte de este detalle personalizado para cada invitado, los novios quisieron hacer el juego de las canciones durante el banquete, donde los invitados bailaban alrededor de la mesa la canción que les había tocado.
Además, durante los preparativos todos los proveedores, incluidas las chicas de Entre tonos Pastel quiénes se encargan de dar el toque final, llevaban la mascarilla y seguían al pie de la letra todos los protocolos de higiene y desinfección.
Una fiesta reconvertida en zona chillout
Una vez el banquete finalizó, los invitados disfrutaron en el jardín de la finca, el primer baile de los novios. Lourdes y Ramón quisieron sorprender a sus invitados con un baile lento, pero que a los pocos segundos cambió a ritmo de Uptown funk, de Mark Ronson ft. Bruno Mars, para así compensar de algún modo la falta de fiesta y jolgorio. La restricción de que no hubiera fiesta, hizo que el final de la celebración se convirtiera en una fantástica zona chillout al aire libre en el jardín de la finca. Combinando mesas altas con taburetes y sofás, allí pusieron el broche final a un día cargado de emociones, charlar y beberse una copa acompañados de música ambiental.
“El día de la boda, Claudia y sus chicas lo tuvieron todo bajo control. Nos transmitieron muchísima confianza y consiguieron que nos despreocupáramos y disfrutáramos del gran día al máximo. Están muy concienciadas sobre el COVID 19, tomamos todas las medidas necesarias y no por eso dejó de ser un día especial. Nuestros invitados quedaron encantados y siempre recordaremos ese día con mucho cariño”, comentan Lourdes y Ramón, una vez acabado el día de su boda.
Sí es posible casarse en tiempos “de Covid”
Así que sí, confirmamos que es posible casarse en tiempos de COVID, emocionarse y disfrutar al máximo. El testimonio de Lourdes y Ramón es solamente uno de las muchas bodas que se han realizado en estos tiempos, y siguiendo las medidas que indiquen las autoridades en ese momento y con mucha precaución, será posible celebrar vuestro amor. Adaptar la organización no será algo fácil pero es posible, y más contando con la ayuda de unas wedding planners como las chicas de Entre tonos pastel, que os ayudarán de principio a fin a conseguir todo lo que soñéis para el día de vuestra boda.
Wedding planner: Entre tonos pastel / Fotografía y vídeo: MxM Photography / Flores: Molist Floristes / Iglesia: Santuari Mare de Déu de la Salut / Papelería: Martina Design & Paper / Alianzas: Solà Joiers / DJ: Ilsotec / Vestido novia: Jordi Anguera / Traje novio: Señor / Maquillaje y peluquería: Tatiana Besada / Masía: El Mas de Can Riera / Detalles invitados: Leloup
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