Luna de miel en Antillas Francesas

Guadalupe

Guadalupe es, en realidad, un archipiélago de islas dentro de las Antillas francesas, y es conocida como “La isla de las bellas aguas” y no es para menos. La belleza de este lugar es abrumadora y seguro que os deja sin palabras, pues hoy en día, todavía es un secreto por explorar: una naturaleza casi virgen, cascadas, playas paradisiacas… Todo ello rodeado de la esencia criolla del archipiélago.

Uno de los lugares más bonitos y encantadores de Guadalupe es el Volcán La Soufrière, el pico más alto de la isla con unos 1.400 metros de altitud. Este volcán es uno de los más jóvenes de las Antillas Menores y el único activo en la actualidad en la isla. Otro espacio natural que no os podéis perder si sois amantes de la naturaleza es el Parque Nacional de Guadalupe, donde encontraréis algunos parajes encantadores: la cascade aux écrevisses, la Maison de la Forêt… ¡Una experiencia de lo más romántica!

También, podréis descansar y desconectar en sus playas de azul turquesa como la de Saint-Anne o la Playa de l’Anse Caraïbe. Otro pequeño paraíso es Les Saintes, concretamente, su bahía de Anse du Bourg, descubierta por Cristóbal Colón en 1493. ¡Un entorno inigualable para disfrutar de su nueva vida!

Martinica

¿El paraíso hecho realidad? ¡Sí, existe! Se encuentra en esta isla escondida en el Caribe rodeada de aguas cristalinas y arena blanca, con selvas tropicales y paisajes únicos. Martinica también es conocida como “la Perla del Caribe” o “la Isla de las Flores”, nombres que le dieron sus antiguos habitantes. Es una isla que esconde sorpresas allá por dónde vayáis y unos parajes naturales que os apasionarán. Una de las actividades que os encantará es pasear por la bahía de Fort-de-France, una de las más hermosas del mundo, junto a los cuidados y preciosos jardines de La Savane. ¡No os olvidéis de pasear de la mano por sus típicos mercados de frutas y especias!

Otro gran atractivo que os sorprenderá es la Montaña Pelée, con un volcán en activo, así como una zona con paisajes únicos, desde selvas hasta acantilados. ¡Un lugar para perderse con el amor de su vida!

Y, como broche final, disfrutad de sus increíbles atardeceres desde Playa del Diamante, l’Anse Couleuvre, Grande Anse d’Arlet o Anse Michel, un recuerdo súper romántico de vuestra luna de miel en las Antillas francesas. Si buscáis un entorno algo diferente, en las playas de Sainte Anne, encontraréis un entorno bohemio y encantador.

San Bartolomé

San Bartolomé es la isla más pequeña de las Antillas Francesas y fue descubierta por Cristóbal Colón en 1493 que le otorgó ese nombre en honor a su hermano. En este maravilloso lugar, podréis desconectar del mundo mientras nadáis con tortugas, os lanzáis desde un acantilado o practicáis surf.

Tomad nota de estos lugares que os asombrarán: Gustavia, la capital de San Bartolomé que destaca por sus coloridas casas de madera; la playa de Colombier, uno de los panoramas más bellos gracias a sus aguas transparentes y turquesas; el pueblo pesquero de Corossol; y el cocotero de la cala de Marigot, de arena gris es una playa hermosa y salvaje.

San Martín

La pequeña isla de San Martín se encuentra dividida en dos partes: la francesa y la holandesa, fue descubierta por Cristóbal colón cuando volvía de La Española. A pesar de su tamaño, no os dejéis engañar por este lugar, pues os enamorará a primera vista. Uno de ellos es Playa Maho, una de las más famosas del mundo, pues los aviones al aterrizan pasan a pocos metros de este lugar. Por su parte, Marigot es un antiguo pueblo de pescadores que se convirtió en la capital y todavía conserva el Fuerte St- Louis con unas impresionantes vistas de la Bahía. ¡Un escenario ideal para capturar los mejores momentos de vuestra luna de miel en las Antillas francesas!

Si os apasionan las playas de arena blanca y agua transparente os encantará la Isla de Pinel y la Bahía aux Prunes. También debéis conocer la fábrica de azúcar de primavera y el pueblo de Grand Case, donde degustar la autenticidad de su gastronomía. Durante vuestra estancia, preparad una excursión para observar a los peces en los arrecifes de coral o una caminata a la cima del Pico Paraíso. ¡Un recuerdo magnífico que os unirá todavía más!