Los detalles te definen y tu boda aún más. Por eso, hay que tener en cuenta todos los pequeños aspectos que rodean un día tan importante como este. Como por ejemplo, los colores del ramo y de las flores que decoren la ceremonia o los centros de mesa. Por eso, te recomendamos que, además de algo azul, le añadas también un toque violeta a tu ceremonia.
Seguro que el olor embriagador de la flor de lavanda te ha perseguido tras pasar por un parque o una bonita floristería. Incorporar esta flor silvestre a tu ramo es símbolo de naturalidad y sencillez. Además, esta flor esbelta y elegante añade sofisticación al look. Crisantemos, alstroemerias o aster púrpuras son solo algunas de las variedades de plantas que podrás encontrar de este color.
Otro de los puntos positivos del violeta es su facilidad para combinarlo con otros tonos. Su sobriedad hace que sea un perfecto compañero para las flores rosas, blancas o incluso azules si tienes un aire más rockero. También puedes llevarlas solas. Ejemplares como las calas, con tanta personalidad que no necesitan un acompañante en el ramo, o las lilas pueden poner la guinda a un estilo nupcial sofisticado.
Este tono no solo se limita a las flores. Es tan versátil que puedes llevarlo también en algún broche o incluso, como adorno para tu peinado de boda, especialmente, en recogidos. El violeta es también un color ideal si te gustan las diademas de flores pero eres una novia discreta.
Si ya tienes tu ramo en mente, pero no quieres prescindir de este color tan señorial, también puedes usarlas para completar la decoración del lugar de celebración. Unas sencillas ramas de lavanda en la mesa donde pongas el libro de bienvenida o como adorno en la entrada hacia la cena te servirán como toque para personalizar este día tan especial. Además, combinan especialmente bien con el estilo rústico y el vintage, ya que sirve para darle alegría a los colores pastel.
El morado también es un color que emana distinción. En la época romana, estaba reservado para los emperadores y generales más ilustres, mientras en la Edad Media solo podían llevarlo los nobles. Tú eres una mujer ‘cool’, así que te proponemos también que añadas alguna orquídea púrpura en la decoración de tus mesas o pongas algunos lazos de tul en las sillas, especialmente si la ceremonia es en exterior, para darle un toque especial. Y como sabemos que tú eres una reina, aprovecha para ponerte una corona de flores con toques púrpuras.
En definitiva, el violeta es un color con el que siempre acertarás. Lo combines con objetos rosas o decidas darle el papel de tono protagonista, es la forma perfecta de añadirle sofisticación a una boda llena de detalles únicos. Y por supuesto, no olvides decorar con flores violetas el ‘photocall’, ¡será el lugar en el que luego salga en todas las fotos!
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