La elección final del vestido de novia no acaba en el momento de comprarlo. ¿Qué te creías? Su historia va mucho más allá y no debes olvidarlo en ningún momento. Desde la toma de la decisión hasta la boda puede haber cambios físicos, algunos no intencionados y otras obligados, por lo que no está de más darle un toque final al vestido para adaptarlo finalmente a tu figura del Día D. Si quieres saber cómo acertar con la pieza final para tu boda, muy atenta a estos pasos.
Cuándo ir
Depende mucho del momento en que te haces tu primera prueba. No realices los ajustes demasiado pronto si no quieres llevarte un disgusto con una nueva modificación de tu cuerpo. Tampoco vayas demasiado tarde, pues la modista quizá sea buena, pero hay tiempos que no se pueden cumplir por mucha maestría que ostente en sus manos. A partir del primer ajuste, acude cada dos meses y las adaptaciones se podrán hacer de la mejor manera, con las correspondientes recomendaciones. Estos tiempos pueden relacionarse también con los accesorios, los cuales se pueden probar en esos momentos.
Dónde ir
Si has comprado tu vestido en una tienda de novias, lo más normal es que te ofrezcan la posibilidad de modificarlo en el futuro, cuando se esté acercando la fecha de la boda. Sin embargo, no siempre es así y no debes ponerte nerviosa por ello. Hay multitud de costureros especializados en la moda nupcial que estarán encantados de ayudarte, muchos de ellos previamente recomendados por esos salones en los que hayas adquirido tu pieza. No obstante, es importante que recuerdes la importancia de tu vestido y que no puede caer en cualquier mano, aunque sea tu costurero local de confianza. Averigua antes de nada si sabe manejar este tipo de vestido si no quieres volverte loca.
Qué llevar
Casi habría que preguntarse: ¿qué no llevar? Debes ir preparada como si fueses a casarte para saber exactamente cómo plantear y ejecutar esos ajustes. Así, lleva los accesorios necesarios, todos los posibles: pulseras, anillos, colgantes, diademas, coronas de flores, velo y zapatos. ¡Hasta la ropa interior! Como quizá todavía no tengas todo lo definitivo, lleva complementos similares para que os hagáis una idea general de todo, como en el caso de los zapatos, donde necesitarías unos de una altura muy parecida. Portando todos estos complementos, los largos, anchos y demás modificaciones se realizarán de mejor manera.
A quién llevar
Ya hemos cubierto el apartado de las cosas y ahora toca el de las personas. Porque no puedes llevar a cualquiera a la prueba y ajustes de tu vestido, sino a alguien de confianza que, además de aconsejarte bien, lo haga sin prepotencia y esté abierta a respetar tu punto de vista. Seguro que acabas haciendo lo que quieres, pero es mejor generar un buen ambiente en ese momento, evitando ataques de nervios.
Así, si vas a llevar a tu madre o a tu mejor amiga, mejor que estas sepan manejar un asunto de estas características. Las damas de honor también pueden ir, pero quizá no todas, o solo la más importante, que debe hacerse una idea del vestido y de las mejores piezas para acompañarlo en la comitiva.
Qué esperar
Puedes esperar casi lo que quieras. Independientemente de la procedencia del vestido, las opciones son infinitas, pues hay miles de modistas y costureros especializados que son capaces de alterar un vestido casi al completo. Esto sucede mucho cuando las novias quieren utilizar algún vestido familiar y este debe someterse a ciertos cambios para arreglarlos, mejorarlos o modernizarlos. Y el resultado es perfecto, cómo no.
Ya tienes las claves para que las modificaciones de tu vestido mejoren considerablemente la pieza final. Sigue los tiempos correctos y llega lista al día más importante de tu vida.
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